CAPÍTULO 1

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(Foto: Jonathan)

<Y cuando más quería alejarme de los problemas, parecía que los atraía como la basura a las moscas...>

Jonathan se quedó plasmado en su sitio al ver a la persona frente a él, cubierta con una capucha, su estatura le llegaba hasta su pecho y sólo se dejaba ver algunos mechones dorados que sobresalía de aquella prenda. La sintió sollozar algunas palabras y no se abstuvo de acercarse para corroborar quién era realmente.

- Cecilia?...- Preguntó dubitativo y se sorprendió al ver el semblante asustado de aquella mujer que no veía hacía unos tres años.- Entra por favor, que te sucede?-

-Quiero ver a mi hermana.- Soltó ella sin tener la valentía de mirar a su cuñado a los ojos.

Jonathan respiró profundamente al escucharla. Hacía mucho tiempo que el nombre de su ex mujer no se escuchaba en esa casa, y aún le dolía tener que, siquiera mencionarlo.

-Stella no está.- Respondió con frialdad.

- Será que puedo esperarla?-

- Ella no volverá... Acaso no estas enterada que no vivimos juntos? Estamos separados hace años y no supe más nada de ella.-

Los ojos de Cecilia se abrieron con sorpresa y todo el dolor que traía en su rostro se vió opacado por la intriga de aquella declaración.

- Pero... ¿Qué pasó? ¿En qué momento?-

- Es una larga historia y no tengo ganas de contarla... Mejor cuéntame ¿Qué te sucedió a ti?- Preguntó él, mientras la conducía a la sala.

- No sé si debería... Hablarte de mis problemas, lo siento, no es que no confié, pero... Venía con la intención de ver a mi hermana.-

- Pues, ella no está...- Aseguró con un gesto como si no le quedara otra opción mas que confiar en él.

- Mi novio... Me escapé. Últimamente me golpeaba hasta quedar en el suelo sin poder levantarme. Y... Oh por dios... Ni siquiera sé porqué te cuento mis problemas, no tienes nada que ver conmigo.- Se disculpó Cecilia entre lágrimas.

- ¿Cómo que no tengo nada que ver? Eres la tía de mi hija. Crees que me quedaré de brazos  cruzados? Deberías hacer la denuncia, ése hombre tiene que estar detenido.-

- No por favor. Quiero pensar bien lo que hare...-

- No hay mucho que pensar. No tengas miedo, aquí estarás a salvo.- Trató de tranquilizarla pero ésta sólo meneó la cabeza.-  Escucha, será mejor que me esperes aquí. Llegaré tarde a mi trabajo si no me doy prisa. No quiero que salgas de ésta casa.- Exclamó Jonathan resaltando la última frase.

-Estoy segura que no sabe que estoy aquí.-

- Nunca te fíes de la mente de un psicópata.- Soltó él sin parpadear. Su mirada amenazante hizo que ella automáticamente asintiera.- Yo volveré a las seis de la tarde. En un rato llegara una mujer, ella se encarga de Jurlyn. Te pido que no te incomodes si es que tu sobrina no te recibe afectuosamente como debería...-

- Lo sé. Con seguridad, no se acuerda de mí.-

- No lo digo por eso. Es una niña algo antipática y arisca. No confía ni siquiera en mí. Por lo tanto, espero que no te incomode su carácter, ella es así...- Aseguró Jonathan.- Te veo a las seis. Y por favor, trata de descansar, toma un baño, puedes usar cualquiera de los dos cuartos de invitados que hay arriba.-

Luego de aquellas palabras, Jonathan desapareció dejando a Cecilia parada en la sala como si todo lo que ella había contado estuviera pasando. Sin moverse de su lugar pensó en cuál sería el motivo para separarse de Stella y que ella no quisiera volver al lado de su familia.

La mujer menos esperada. (#1 Bilogia: Amores Imprevistos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora