—¡Qué te digo, Chu!—La castaña no se percataba de las miradas en el pasillo, tampoco le interesaba que otros estén atenta a ella y su amiga.—Es nuestro último año en esta pocilga.
Su morena amiga rió ante su notable tristeza y entusiasmo.
Toda su vida había pasado en este instituto, desde sus inicios en maternal y ahora, en lo más alto de los años. La preciosa Jennie Kim, una alumna que lograba resaltar por sus bondadosos actos y esa personalidad tan llamativa.
—Ya cállate, me harás creer que adoras este lugar.
—Adorar no, voy a extrañar algunas cosas...
—¿Mhm?
Resopló en la búsqueda de un buen ejemplo, algo que pudiera causarle diversión, a lo lejos divisó a su punto favorito. El pelirrojo que moría por ella, un año más joven y centro de su grupito de simios (como Jisoo les llamaba a esos chicos)
—Hola, bonito Toni.—Jennie se acercó por detrás, susurrando sobre su oído. Recibió una mirada en reproche por parte de su amiga, quien observaba a escasos centímetros.—¿Me extrañaste en estas vacaciones?
El joven volteó rápido, tomando a Jennie por la cintura, gesto que le pareció completamente innecesario. Alguna que otra vez tuvieron una interacción, pero nada importante como para agregarle etiqueta. Se diría que él fue parte de su segunda experiencia en citas y besos, algo que lamentablemente no le sirvió para curar viejas heridas.
—¿Cómo no extrañarte?—Intentó besar sus labios, pero la castaña corrió el rostro a tiempo.
—Olé, toro.
El comentario de Jisoo ganó risas de su amiga y un mal gesto del joven.
—Cariño, no te adelantes conmigo. Aquello ya quedó en el pasado, aunque es divertido juguetear.
—Por eso, Jennie, quisiera salir contigo... ¿crees que se pueda?
<<¿Qué no te cansas de rebotar? Ya vamos por la cuarta>>
—Lo pensaré.—Le respondió ya sin mirarle, aunque en su mente la respuesta era más que obvia. Esa sería su última interacción con él.—Ten una bonita vida.
Y así, ella terminó por alejarse del joven pelirrojo. Le dio una mirada a su amiga quien le seguía el paso, ese gesto fue toda la explicación a su primera charla.
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Cualquier cosa parecía más interesante que la clase en sí. Sonidos de lápices, el viento chocando contra la ventana, los insultos de Jisoo hacia su móvil, incluso ese tedioso golpe repetitivo sobre la mesa. En definitiva, ya había borrado todo cariño por los estudios y la rutina agobiante. Primer día, faltaban tres clases más para el fin de esa tortura.
—¡Le partiré el culo a quien esté haciendo ese jodido ruido!
La voz de Jisoo resonó por todo el curso, varios compañeros voltearon a su dirección tras el escándalo. Más el ruido seguía, como si de unos dedos se tratase ¿Quién estaría más distraído que ella? Jisoo continuaba con sus amenazas, algunos le miraban con temor, mientras la castaña continuaba con su búsqueda.
—Hey, tú, rubia.
La morena volvió a hablar, esta vez dando con la persona correcta.
Una rubia, piel blanca como la nieve, ojos color marrón con notables ojeras, completando el look de nuestra colección de malas experiencias. Sintió un escalofrío al verle, algo le llamó la atención ¿será que la recordaba de algún lado? Normalmente no le prestaba atención a sus compañeros, con su grupo de amigas era suficiente, pero sabía que algo en esa rubia traía recuerdos.
Con un leve movimiento de su cabeza trató de dispersar los pensamientos y enfocarse en su bronca del momento.
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M A T E R N A L
Teen Fiction¿Cuidar a un bebé? ¿Es necesario hacerlo para aprobar el año? Tú lo haces por el puntaje, yo lo hago por el amor.