Capítulo 2: Grupo de Ayuda

6 2 0
                                    

Era lindo volver a estar de nuevo en casa, recuperar mi vida y retomarla en lo que  había quedado.
Lo que no me apetecía eran los grupos de apoyo, era estúpido tener que aguantar a todas estas personas contando sus problemas mentales, como si eso arreglaría el mío.
Éste era mi primer día y ya quería salir corriendo de ésta sala.
Todas las personas eran mayores y eso lo hacía aún más aburrido. Decían frases estúpidas como "Todo va a estar bien" o "Estamos contigo", que idiotez. Yo sólo quería volver con mis amigos y ya no pensar tanto en mis problemas.
Una señora de unos 45 años estaba contado su historia y como había llegado a éste grupo, cuando de  pronto llegó un chico.
- Hola a todos, siento mucho llegar tarde.
La encargada del grupo lo disculpó por haber llegado tarde y sólo dijo que  quedaba poco para que terminara la hora. Así que se presentó y empezó a contar su problema. Ésta vez si presté atención.
- La verdad es que todo el tiempo lo estoy pensado y no puedo dejar de hacerlo, tengo una adicción con él sexo.
Yo sólo había escuchado esa parte, porque a su presentación no le había prestado atención.
En ese momento me di cuenta que debía estar con ese chico, me lo tenía que coger cuanto antes.
En el transcurso de esa hora lo miré fijamente y él a mí. Como si mis ojos le expresaran mis intenciones, yo hacía gestos con mi casa y en un momento me mordí el labio inferior, lo cual lo provocaba muchísimo. Es decir, hacerle eso a un adicto al sexo, es como hacerle mostrar un hueso a un perro, en algún momento tendría que ladrar.
Entonces decidí levantarme e ir al baño que estaba saliendo de esa sala. Las reuniones se hacen en un colegio por la noche. Al final del pasillo está el baño y al lado se  encuentra una pieza que es el depósito del colegio.
Al salir noté la inquietud de ese chico, como si quisiera seguirme por detrás.
Me encontraba en el baño y al salir, me esperaba ese chico, el cual me dijo que entráramos en el depósito. A lo cual accedí. Así es, había encontrado mi primera presa y fue la más fácil de conseguir. Podría jugar con él, divertirme y dejarlo como siempre hago.
Ya estábamos adentro y lo notaba nervioso como si quisiera cogerme  de una vez.
- Eres muy lindo - Me dijo algo tímido.
- Ya me lo han dicho.
- Lo supuse.
- Vamos al grano, tú quieres lo mismo que yo.
- ¡Hagámoslo! - noté su desesperación por hacerlo, temblaba y movía las manos de una forma muy rara. Así que decidí hacerlo esperar, para que se alterará aún más. Quedaría con más ganas de hacerlo.
- Mejor lo dejamos para otro momento - le di un beso en los labios, lo agarré de la entrepierna y después salí sin darle tiempo a que pudiera intentar algo más.
- ¡Espera!, aún no sé tu nombre - me dijo desde la puerta.
- Nos vemos mañana - le dije eso y salí rápidamente del instituto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 16, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sigues Tú - BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora