Capítulo 1

1.1K 28 18
                                    

Era un día frío cuando acabé de mudarme. Me acerqué al espejo y vi que tenía la cara cansada, pero todavía se podían distinguir unos ojos verdes Jade, el pelo rosa único, la boca pequeña y los labios con un grosor medio.

 Me acerqué al espejo y vi que tenía la cara cansada, pero todavía se podían distinguir unos ojos verdes Jade, el pelo rosa único, la boca pequeña y los labios con un grosor medio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-

Sakura, hija, ven que tengo que decirte algo.
Al oír eso bajé corriendo a ver lo que pasaba:

- ¿Mamá, pasa algo? ...¿de qué querías hablar?
- Bueno, Sakura, quería decirte que mañana empezaras la secundaria, ¿ok?
-Si, mamá...¿y papá?
-Todavía no ha venido, tranquila seguro que vendrá...

De repente mi madre me abrazó, pero al verla notaba que estaba preocupada por papá...

- Mamá... ¿Puedo salir a pasear para conocer la ciudad?
- Sí, Sakura...
- Gracias, mamá

Al pedirle permiso a mi madre, me puse los zapatos, cogí las llaves y me fui. Al salir de la casa me puse a pensar.

(¿Será que le habrá pasado algo a papá?... Me tiene muy preocupada. No quiero que le pase algo...)

Al estar tan distraída pensando,me choqué con un hombre:

- Perdone, no lo había visto.

Era un hombre adulto, alto, delgado y de piel blanca. Era de pelo marrón y liso, su cara era alargada y pálida. Su frente era proporcionada y sus ojos almendrados, medianos y de color azul claro.
Su mirada era brillante y despierta; su nariz era recta y ancha; sus cejas finas y el color, como su pelo.
Tenía unos labios finos y una boca mediana. Las mejillas eran delgadas. El cuello era corto y fino.
Sus manos eran grandes y sus dedos, largos igual que sus piernas. Parecía ser un hombre antipático, agresivo, serio y !Fanático¡

De repente me miró con mala cara y yo, pues digamos que asustada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De repente me miró con mala cara y yo, pues digamos que asustada.

- Oye, niña, mira por donde vas.

Al decirme eso, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Entonces él se fue y lo seguí observando hasta que giro la calle.
Y pensé:

(Ese hombre me asusta...)


En realidad quien soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora