¿Nos conocemos?

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Una vez más, aquí reportándose su amigo Adrien, quién ahora tiene que buscar una manera de sobrevivir, ya que, como saben, en esta época mis padres aún no me tienen, y no tengo donde quedarme.
Por fortuna, encontré un lugar donde quedarme, una chica muy agradable se enteró de mi situación y, como ella vive sola, me permitió quedarme con ella.
En fin... Conseguí algunas cosas y pude ingresar al colegio como un estudiante común y corriente.
Ahora sólo faltaba lo más importante, encontrar a mi padre, quizá no sería la mejor opción que tenía, pero sin duda podría ayudarme con todo este asunto.

Corrí hasta el instituto desde casa de esta chica, fue entonces que lo vi en la entrada, pero no estaba solo, estaba en compañía de Audrey, como siempre al parecer, y mi madre a lo lejos, observando, parecía muy molesta por el simple hecho de que papá estuviera al lado de esa mujer.

Caminé como un estudiante más, varias personas voltearon a mirarme, como la primera vez que vine al colegio, es verdad.
Tuve que inventar algo para no levantar sospechas, primero, cambie mi apellido, y así tuve que presentarme con todos-

Adrien: Hola, mucho gusto, mi nombre es Adrien... Adrien Augier.
Vengo de otra ciudad y recientemente me acabo de mudar aquí.

Gabriel: ¿Escuché que eres nuevo...? -Se acercó, con afán de recibimiento, aunque su actitud ahí no era muy diferente a como lo era en la actualidad- Es un placer conocerte, Adrien Augier, mi nombre es Gabriel Agreste, espero que esta escuela sea de tu agrado -le ofreció su mano, con afán de que la tomara-

Adrien: ¡Oh!, ah... Mucho gusto Ga...Gabriel. -le costaba un poco llamarlo por su nombre- muchas gracias, de hecho... Me gustaría que me ayudarás con algunas notas, según entiendo vengo un poco tarde.

Gabriel: -sonrió sin darse cuenta, algo que ni siquiera Audrey había logrado hacer, para entonces sacudir un poco su cabeza- Oh, claro... Podemos vernos en la biblioteca esta tarde si te parece.

Y así fue como nos citamos en la biblioteca, a decir verdad parecía incluso que la tal Audrey quería venir pegada a él, pero Gabriel, es decir mi padre, le pidió de favor que simplemente nos dejara a ambos solos o no podría concentrarme, bien hecho papá, es una Chloé más molesta...

Apenas llegamos, obviamente después de algunas clases, nos sentamos y comenzó a sacar sus cuadernos, todos decorados por él, en verdad se veía que le gustaba mucho diseñar las cosas-

Adrien: Vaya... En verdad tienes mucho talento Gabriel.

Gabriel: ¿He?, Oh, esto... -vio sus cuadernos un poco avergonzado, ya que jamás alguien había notado esa clase de diseños en ellos- Gracias, cuando crezca, sueño con ser diseñador de Modas. Sé que no es una gran aspiración, pero... Es más de lo que muchos han aspirado ser.

Adrien: ¿La tienes desde niño, no?, Cuando viste por primera vez una revista de modas. -contesto muy casual, sin pensar ni un momento en que se supone que no se conocen-

Gabriel: Wow... -sorprendio por las palabras del contrario, era como si lo conociera más de lo que parecía- ¿Disculpa... Te he visto antes?, ¿Quizá fuimos amigos de infancia y no lo recuerdo?

Adrien: Eh... Algo así -sonrió ligeramente-

Gabriel: Sabes... Aunque no te conozco, siento algo familiar en ti... Algo que me tranquiliza, que no me hace sentir solo... -sonrió una vez más, ya demasiado para su gusto, y entonces se enfocó en los apuntes-

Esa tarde fue maravillosa, llena de risas, bromas, e incluso explicaciones de cosas que alguno no sabía, y lo que coronó con broche de oro... Una cita, pero está vez no de estudio, sino como amigos o incluso hasta Romántica.
En verdad que mi Padre es un encanto desde su juventud, quizá la desaparición de mamá le hizo ese daño que lo convierte en un ser frío.

En fin, trataremos después el tema de la cita, es todo por hoy.
Cambio y fuera mis amigos.

CONTINUARÁ...

Aunque hubiera sido antes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora