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Si había algo que le daba rabia a Taeyong no era solo no haber pasado juntos el cumpleaños de Ten, sino cómo había sucedido todo.

Horas, había sido cuestión de horas. Él llegaba de Japón a Corea horas, o quizás incluso minutos, antes de que Ten se fuera a Tailandia. Era algo que le tenía verdaderamente alterado e irritado, aunque se le pasó en seguida con el directo que estuvo haciendo mientras ponía música, bailaba y se relajaba. Incluso hasta saludó al resto de Wayv, ahí podría haber estado Ten.

Echaba demasiado de menos a su chico, hacía casi dos meses que no se veían en persona, claro que hablaban todos los días como habían acordado, su relación estaba mejor que nunca, mantenían la amistad de siempre pero le sumaban las ventajas de ser pareja, y con ello los mensajes cursis llenos de cariño, y también los más subidos de tono especialmente por la noche.

Aunque si había algo más tentador que mensajes así, eso sin duda era terminar en ese estado mientras estaban en videollamada, aunque todo eran insinuaciones que no hacían más que alimentar la mente de cada cual.


Sin embargo, aunque no fuera a ser por más de un par de días, lograron coincidir en Corea los dos, y sin duda hicieron todo el tiempo que les fue posible para verse.

Terminaron en una de sus cafeterías favoritas, compartiendo varios dulces como de costumbre y hablando de cualquier cosa, nunca se quedaban sin tema de conversación. Pero hablar se podía hacer en cualquier momento, el contacto físico que llevaban extrañando por esos dos meses hizo que el resto de sus planes fueran quedarse en los dormitorios donde no tenían que aguantar las ganas de abrazarse de forma más cariñosa de lo normal, de cogerse de la mano con total libertad y sobre todo de besarse.

El par de horas que pasaron en la cafetería les creo más ansia que otra cosa, y es que sí, se habían besado antes de ir, pero necesitaban mucho más que eso.

Por ello a ninguno de los dos le sorprendió que se levantaran corriendo de ahí, pagando a toda prisa y volviendo a los dormitorios como si les hubiera surgido la mayor de las urgencias.

Una vez cerraron la puerta Taeyong empujó el cuerpo de su novio contra esta, haciendo que Ten suspirara de gusto al sentirse tan acorralado, juntando sus labios en el beso más ansioso y cargado de deseo que habían compartido hasta la fecha.

Las manos de Ten subieron por la espalda del mayor hasta terminar rodeando su cuello, como de costumbre terminando por dejar una mano en su pelo para acariciarlo y darle suaves tironcitos que tanto parecía encantar a los dos.

Taeyong por su parte llevó sus manos directo a la cintura del tailandés, notando que estaba aún más fina que de costumbre, y diría que su novio sabía cuánto le podía esta parte de su cuerpo, pero a quién engañar, cualquier zona le volvía loco.

Estaban tan ocupados comiéndose la boca que olvidaron que se encontraban en la puerta de la entrada, al menos hasta que Doyoung carraspeó, llamando la atención de ambos.

-¿Estáis ensayando para la secuela de Baby don't stop o...?

Ante este "chiste" tan malo de Yuta, Doyoung le miró de reojo con el ceño fruncido, expresión que se esfumó cuando el japonés empezó a reír por su propia broma, tanto que terminó por reír nasalmente.

-Ya me gustaría -respondió Ten cogiendo de la muñeca a su novio y tirando de este hacia su cuarto, esperaba que Johnny no tuviera planes de entrar porque iba a cerrar con pestillo para evitar más encontronazos así.

Taeyong no le puso pega, sabía que su compañero de habitación lo entendería y no le molestaría quedarse sin cuarto por unas horas.

Cuando entraron Taeyong cayó en la cama seguido por Ten quien se sentó sobre sus caderas, mirándole desde ahí arriba y dándole la imagen más tentadora que había tenido hasta el momento, que ya era decir.

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⏰ Última actualización: Mar 18, 2019 ⏰

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