capítulo 9

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Los jadeos del más bajo eran sonidos tan obscenos al oído que aquel par de guardias a las puertas de la habitación decidieron alejarse un poco evitando la bochornosa escena.

El más alto se dedicaba a acariciar con cuidado las dulces caderas del más bajo, movimientos inquietos y constantes estremecimientos únicamente llamaban la atención del más alto, la tersa y dorada piel del pequeño castaño comenzaba a perlarse por aquellas pequeñas gotas de sudor, la parte interna de sus regordetes muslos estaba semi húmeda dando a entender lo excitado que este se encontraba, en un acto de rebeldía el pequeño de piel dorada dirigió sus manos contra sus propios glúteos para separar estos y dejar a la vista aquella entrada, húmeda y completamente cerrada debido a la falta de atención durante tanto tiempo.

El más alto se dedicó a soltar una risa baja y ronca para sus adentros, ver al dulce e indomable omega abriéndose para el era algo excitante, la punta de su lengua se dedicó a lamer la humedad de aquellos muslos sintiendo el aroma dulce y fresco en aquel lubricante, si bien no era experto tratando omegas era muy bueno tratando con betas, que eran casi anatomicante cercanos, sus dedos encerraron la estrecha cintura contraria para mantener a su acompañante quieto y poder explorar con su pomposa lengua todo aquel terreno que tenía en frente.

Fueron un par de minutos en los cuales el más pequeño se dedicó a ahogar gemidos contra la almohada frente a el, espalda arqueada intentando exponerse.

Todo dió un vuelco bastante desconcertante, un par de empujones dejaron al más alto recostado boca arriba con un omega totalmente desnudo sobre su regazo, sus delicadas caderas comenzaron a balancearse de adelante hacía atrás repetidas veces a un vaivén lento y tortuoso, el más alto intentaba sujetar las caderas del más bajo en actos fallidos bastante repetitivos debido a las pequeñas manos que apartaban las de un rizado molesto por no lograr tomar la cintura del castaño para moverlo a su completo gusto.

Un gruñido emergió de la garganta del mayor amenazando al más pequeño y aunque este estuvo a punto de bajar la cabeza y dejarse hacer por el rizado negó en sus adentros para proseguir el dulce vaivén de caderas que llevaba a cabo.
Las pequeñas manos sujetaron las muñecas contrarias apegando estás contra el colchón sin despegar su mirada de aquel molesto alfa. Un par de tonificados muslos se impulsaban una y otra vez intentando provocar aún más a aquel rizado de ojos esmeralda, el rizado comenzó a pasear su mirada por el pequeño cuerpo hasta que cayó en cuenta de algo, la hermosa silueta de aquel omega tenía tinta impresa en su piel por distintas partes, su pecho, sus brazos, incluso recordaba que aquel omega tenía algunos en tus pantorrillas.

El omega jadeaba completamente ahogado, ronroneando repetidas veces mientras se balanceada una y otra vez.

El rizado apartó las pequeñas manos que lo tenían amarrado para comenzar a pasear sus dígitos por aquellas partes pintadas en el cuerpo del más bajo, tinta pura y oscura detallando frases, dibujos infantiles y dibujos que no entendía.

En su total desconcentración sintió un par de manos en su hombría y cuándo decidió observar que ocurría se encontró con un pequeño cuerpo entre sus piernas totalmente estirado sobre la cama, elevando sus glúteos para una mejor vista, pudo divisar sus propios pantalones a lo lejos sin embargo cuándo devolvió la mirada al más bajo este no sólo se encontraba bombeando su hombría, si no también un par de brillosos labios cerca a la punta de su miembro, el rizado le dedicó una sonrisa sincera para alinear su miembro contra la comisura del labio inferior del pequeño castaño delineando este una y otra vez hasta que no pudo resistir más y adentró su miembro en aquella pomposa boca sintiéndose bienvenido por aquel calor y humedad envolviendo su miembro.

Una par de manos se apoderaron de sus suaves y castaños cabellos, un vaivén de caderas se dió inicio cuándo aquel castaño se dedicó a abrir sus labios apoyando la hombría del rizado.

Pasaron un par de minutos en aquellas acciones, el rizado empujandose una y otra vez sintiendo la estrechez en la profundidad de la garganta que se dedicaba a profanar con embestidas profundas y lentas.

El más bajo sólo se dedicaba a observar cada reacción del rizado: el como su ceño se fruncia cuando sentía la estrechez en su profundidad, el como hacía alguna mueca de placer e incluso cuando sus ojos se cerraban para intentar fundir aquel placer incontrolable.

Finalmente el rizado no pudo resistir más y evitando así una bochornosa terminada a su orgasmo tan prematuramente sólo tuvo la opción de sujetar las hebras del castaño cabello para tirar con fuerza y apartar aquellos labios de su hombría.

La maravillosa y erótica imagen de un Louis lloroso junto a un par de labios rojos y un brillo bastante conocido por su naturaleza se hizo presente finalmente logrando tener la total atención de este.

No sé hizo esperar, el pequeño castaño alineó su miembro contra su entrada y se fundió en su interior sintiendo como la abrazadora sensación podría matarlo ahí mismo, sin embargo al realizar la primera estocada un sentimiento de corazonada se le hizo presente, el pequeño cuerpo sobre el se dedicaba a elevarse con ayuda de sus muslos y dejarse caer de la misma forma.

Ambos abrieron sus ojos a la par sintiendo remordimientos.

"¡El condón!" Fue la última palabra de ambos cuerpo excitados.

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AQUÍ LO PROMETIDO.

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Cincuenta votos y sigo.

Estereotipo (L.S) Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora