MILES Y SARAH

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Abro la puerta de una patada y entro a la cocina dejando caer al piso las bolsas del super.

Miles me sonríe torciendo la boca- Toda una dama.

Levanto ambas manos y le enseñó mis  dedos de en medio- métete tu dama al culo, y ayudame con estas bolsas.

Miles me miro alzando una ceja, mientras una pequeña sonrisa se le escapaba- Esta bien señora- dijo levantando ambas manos a modo de rendición.

Mire su andar hacia mi. Lleva unos leggins negros rotos y una camisa blanca, los rizos canela los tenia alborotados y sus cejas usualmente pobladas se veían como si un pequeño torbellino hubiese pasado sobre ellas.

Se acerco inesperadamente de frente hacia mi. Su cuerpo estaba a unos centímetros míos. Podría poner mis brazos sobre su cuello y besarlo, el no me rechazaría notaba la forma en la que miraba, y el sabia la forma en la que yo le miraba.

Nos quedamos ahí parados uno frente al otro, levanté la mirada hacia sus ojos azules cargados de un deseo helado. Se agachó sin apartar la vista de mi tomando las bolsas y me sonrio de forma perezosa. Me sonroje y salí corriendo de aquella electricidad que recorría mi cuerpo.

Steven estaba acostado en el sofá, había regaliz de cereza regados por todo el sofa mientras comía uno parecido a un hamster. Tenia los ojos llorosos y la nariz la tenía roja, como si la estuviera sonando seguido. Bufé ante la vista tan patética.

-¿Enserio?- le pregunté irritada- la fiesta va empezar en tres horas y no hemos hecho nada.

-Agh ¿De quién fue la idea de hacer una estúpida fiesta?- contestó irritado.

-¡Tuya! - me acompaño a coro la voz Miles. Me giro hacia el compartiendo una sonrisa.

Le arrebato de las manos el regaliz  y lo tomó de las manos jalandolo con fuerzas- luego te pones triste por el engaño de Mónica, tenemos una fiesta que dar.

Sus cejas cejas se frunce y aparta mis manos.

-No digas su nombre- suspira Steven enojado- vamos a reventar esta casa esta noche-mira a Miles con una sonrisa traviesas en sus ojos, el le devuelve la sonrisa desapareciendo durante unos segundos. Cuando regresa trae tres vasos y una cerveza.

Steve le da una palmada en la espalda y sirve en los tres, repartiendo  entre nosotros.

¡Esta noche es para olvidar a todas las mujeres infieles!- levanta su vaso, lo choca con los nuestros y se toma toda su cerveza  acompañada de un erupto.

-Elegante hermano- le dije sacando la lengua asqueada.

Miles y yo chocamos nuestros vasos y le damos un trago.

-Salud por las mujeres tan malditamente difíciles- murmura Miles mirándome.

Sacamos las cosas de las bolsas, y empezamos a "decorar" la casa- si se puede llamar asi- ponemos globos,  servimos snacks, vasos, conectamos los leeds y por supuesto no faltan las botellas y la música. Me voy a dar un baño y darme un pequeño retoquete. Optó por usar un top naranja con olanes y unos jeans negros a la cintura.

Tomo una bolsa de chetos y me siento en una hamaca. Los invitados ya están empezando a llegar. Me acuesto y veo de reojo a Miles, esta hablando con una rubia despampanante que lleva un top blanco y unos shorts sumamente pequeños. He visto las chicas con las que el ha salido, y puedo decir que esa chica es  justo su tipo; voluptuosa y sexy. Por supuesto yo a comparación de ellas soy una pulgita.

La risa de la chica me deja la boca seca. Al parecer se están divertiendo mucho, por que no paran de reírse y tocarse-Tomo un puño de chetos y me lo meto a la boca enojada- Que el de acceso a su  toque tan casualmente me irrita. El y yo apenas hemos estado a escasos centímetros, pero eso es todo. Incluso un beso o abrazo de saludo eso casi nunca pasa.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2019 ⏰

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