Triángulo amoroso

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POV VALENTINA.

Llevaba días pensando en que quizá todo era una mala jugada del destino, que simplemente eran coincidencias.

Estoy enamorada.

De una mujer.

No sé qué me aterra más, el saber que estoy enamorada de una mujer, o el que mi novio lleve más de seis meses engañándome. Sus cambios repentinos de humor, su manera de tratarme era tosca y abrupta cada vez que nos veíamos. Lo sentía como una especie de obligación para él, como si el estar conmigo fuera lo más desagradable de este mundo. A Luis lo conocí en la universidad, por suerte - o para mi desgracia - sus padres eran socios de las empresas Carvajal. Eva, la mayor de los tres, era la sucesora de mi padre luego de que él falleciera. Todo era utópico. Mi relación con él sólo se basó en un tratado de interés por ambas familias. Tiempo después, llegué a sentir amor.

O eso era lo que yo creía.

Éramos una de las parejas más mencionadas en la universidad - como si fuera del otro mundo - y yo en lo particular no me quejaba, ni me causaba disturbios. El solo hecho de tener el apellido Carvajal ya hacía mi vida un poco más fácil y por supuesto, deprimente. Los diarios pintaban una cosa que simplemente no éramos, ni nunca seremos. Una familia unida.

Mi vida era rutinaria.
Aburrida.

Me costaba relacionarme con otras personas porque sí, y cuando lo hacía era por suma obligación o tratados. La verdad, no era feliz. Llevaba una vida sin sentido, y todo siempre era lo mismo.

Luego de pasar tanto tiempo pensándolo, decidí llamarla. Ella también tenía que saber que era lo que estaba sucediendo y cuál era el motivo de mi repentino cambio. Tomé el móvil y marqué su número sin aún darle a llamar. Tenía miedo, no sabía cómo iba a reaccionar después de mi confesión, después de contarle todo lo que ya tenía descubierto. Seguro se sentirá una tonta. Presione el botón verde.

-Val... - dijo ella en un tono tranquilo. Por alguna razón su voz siempre me transmitía seguridad, y tranquilidad.

-Juls... - solté al aire un suspiro bajo, que solamente yo podía oírlo - lamento mucho la distancia que he puesto entre las dos. No han sido buenos días - terminé por decir.

- ¿Qué tan difícil han sido esos días que no has querido verme, y tan siquiera responderme la cantidad de mensajes que te he mandado? - preguntó calmada. - Val, escúchame. Sea lo que sea, podemos superarlo juntas, ¿sí? - preguntó con un toque suave que me volvía loca. Era tan malditamente adorable.

-Quiero verte.

-¿Dónde nos vemos? - sé que está sonriendo por mi proposición.

-Te recojo en media hora. Ponte guapa. - sonreí y corté la llamada.

FLASHBACK...

-¿Estás perdida? - preguntó una morena.

-No, sólo quería pensar un rato mientras caminaba. - sonrió - ¿Tú lo estás? - pregunté curiosa. Quería saber quién era. Por alguna extraña razón esa mujer estremecía cada parte de mi con tan solo verme, y no habían pasado ni dos minutos.

- No... - volteó su mirada hacia un carro que estaba estacionado a una esquina de nosotras - de hecho, solo vine hasta aquí porque creí que lo estabas.

-Oh, no no. Estoy bien. Gracias. - volvió a sonreír. ¡Oh Dios! ¡No sonrías así!

-Mi nombre es Juliana. Juliana Valdés. - Estiró su mano hacia mi, esperando que yo la tomara. Estire mi brazo hacia ella y la tomé. Sus manos se sentían tan delicadas y finas. Ese momento se convirtió en un siglo mientras me sonreía y al mismo tiempo no apartaba su mirada de la mía... Era increíblemente guapa, increíblemente preciosa.

Prohíbida Tentación || °Juliantina||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora