Empezar de nuevo

47 0 0
                                    

Narra el repollo.

-La cagaste, Sebastian-dijo Estella con cara de cabreada- ______viene saliendo de una relación en donde el chico no fue de lo mejor con ella, probablemente ahora se siente una mierda por tu culpa, la llamaré.

-Seba, le debes una disculpa inmensa a esa chica, creo que no es lo peor que has hecho pero por el contexto de la historia de ella, debe sentirse pésimo-Carlos trató de ser lo más comprensivo posible.

Estella se alejó para poder conversar por celular. En un intento de suplica decidí escribirle un whatsapp,  sabía que ella lo vería cuando terminara de hablar con su amiga.

Carlos(repollo): Euli, te debo una explicación y una disculpa, de verdad no sé en que estaba pensando, por favor, permiteme que te explique en persona.

Estella ya venía de vuelta a la mesa, miré la conversación y ella estaba en línea. Esperé una respuesta y miré la conversación otra vez: Euli últ. vez hoy a las 22:05.

Mierda...

-Sebastian, te diré algo muy sincero, tu me caes bien, te conozco de hace dos años y creo que serías una buena oportunidad en la vida de _____ porque ella no lo ha pasado bien para nada, pero te advierto si la veo mal y me entero que es por tu culpa, practicaré una vasectomia con una tijera mal afilada en tu cuerpo - respiró profundo y me miró a los ojos con decisión- Sabes donde queda la casa, toma las llaves... pídele disculpas correspondientes y sigan conociéndose.

-Estella eres un ángel-tome las llaves y me dispuse a salir corriendo-Carlos lo siento, te dejo otra vez.

-No te preocupes niño, me quedo en buena compañía - miró a Estella con cara de sensual y ambos rieron.

Esta oportunidad no la voy a perder. Debería comprarle flores o chocolates, no, no, no, eso es típico, seré solo yo y mi verdad.

Narra ______.

Me fui a mi casa,  algo, mas calmada, aun sentía rabia, recibi un whatsapp de Sebastian, pero no quise contestarle porque no tenia ganas. Me quité las sandalias y tomé el violín, cerré los ojos y me fui a la luna con la música...

Sentí de lejos la puerta que se abrió,  debe ser Estella, seguí tocando sin abrir los ojos y sentí unos aplausos.

-Estella, basta con los aplausos, me sonrojo-me detuve y abrí los ojos, no era mi amiga, era Sebastian- ¿Qué haces acá?

-Tienes un talento increíble, de verdad me dejaste impresionado- se acercó a mi y yo lo detuve.

-No creas que puedes venir y simplemente decir que toco bien para que esté todo perdonado- dejé el instrumento a mi costado y miré a sus ojos con toda la rabia que sentía- me viste la cara de idiota.

-Me llamo Sebastian, estudio medicina con tu amiga Estella y mi amigo que se llama Carlos. Ese día que te conocí me encontraste dibujando en un escape pequeño de horarios de la universidad, mi pasión es el arte y jamás me ha gustado la medicina, ni en sueños he querido ser doctor, tengo miedo de quemi familia me rechace por esto. El dibujo que viate, no eras tu, lo había dibujado justo en ese momento, antes de que te viera con cara de sorprendida mirándome,  ahí me di cuenta de que tus ojos tenían un gran parecido a la chica que yo cree, me decidí a hablarte y acá me tienes pidiendo disculpas por una estupidez, me cuesta mostrarme como soy...- Me miraba a los ojos sincero. Le tomé una mano y respiré profundo.

-Creo que estás perdonado Sebastian, te entiendo, yo estoy acá contra la voluntad de mis padres,  pero a diferencia de ti- le pellizque la mejilla- seguí mis sueños.

-Eres una chica especial, gracias por disculparme, ¿puedo pedirte un favor muy grande? - me sonrió y mientras se quitaba los rulos de la cara con la mano- sigue tocando, dejame escucharte.

-Solo si tu me dibujas algo- vamos, tenía que ser un trueque, yo también quería apreciar su arte-¿de acuerdo?

-Dame lápiz y papel- creo que había contenidola respiración,  porque se relajó al instante, busqué un cuaderno y un lápiz y se lo di, me senté en la cama tomé mi violín y seguí con los ojos cerrados.

Narra Sebastian.

Mi mano empezó a moverse sola encima del papel, la estaba dibujando a ella mientras la escuchaba, que mujer... No podía ser mejor, pudimos estar así mas de 2 horas y no me enteré de aquello, terminé mi dibujo y ella seguía,  yo la observaba y disfrutaba su música, se veía que venía de su corazón, no era solo unas simples notas aprendidas. Abrió los ojos y me miró con intensidad.

-Toma, es para ti-le entregué el dibujo y ella sonrió con tal felicidad, que parecía una niña de 5 años con un chocolate.

-Esta sí soy yo jajajaja- lo puso en su mesita de noche al lado de su cama- ¿tienes hambre?

-Sí, un poco pero no te molestes, creo que ya es tarde- me levanté de la cama.

-Oye, ¿qué te gusta de comer? yo cocino - se me adelantó y se dirigió hacia la cocina con paso rápido y delicado.

-Pues me gustan los panqueques- esta chica... vale la pena. La acompañe mientras ella hacia su mezcla mágica y la ponía en un sartén con aceite caliente, en un par de minutos tenía listos varios panqueques a los que le puso dulce de leche.

-¿Estan buenos?-me preguntó, yo me devoré el plato como bestia.

-Sí, exquisitos- le sonreí- eres muy guapa,____.

-Creo que tu no te quedas corto- me sonrió.

Lavamos juntos los platos, es increíble la manera en que me sentía yo, al lado de esa chica, las risas nos sobraban, podía ser sincero y abierto, que estúpido comienzo tuve con ella.

-Bueno Seba, creo que empezamos de nuevo, me alegra que todo esto se haya aclarado- se despidió de mi en la puerta de su casa, me miró fijo a los ojos ...y...-Hasta mañana hablamos por whatsapp

-Ok, hasta mañana - pensé que nos besariamos o algo así,  pero de un momento a otro ella mató la atmósfera y se dio media vuelta.

Caminando hacia mi casa, reflexioné, ¿por qué estaba esperando que me besara? ¿acaso ella me gustaba?

Entré a mi casa y todo estaba oscuro, miré la hora y eran exactamente las 3 en punto,  que pasa con este reloj debe estar malo, no puede ser.

- Seba...-dijo una voz adormecida- vete a dormir, ya es tarde.

-En eso estoy, Jo- les respondí mientras me lavaba los dientes, con el pijama ya puesto. Mañana será otro día.

Amor al instanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora