Desde siempre mi madre me tuvo encerrado en una jaula de hierro construida a base de mantenerme controlado. Nunca me dejaba salir aunque pidiera permiso, solo podía ir de mi casa a la escuela y de ahí de vuelta a casa.
Cuando el psicólogo te confirma eso, es como si el mundo de volviera abajo, como si te descubriera los ojos. No es de sorprender que odie a mi madre, pero dependo demasiado de ella. Cuando no está en casa... siento un terrible vacío.
No importa cuántas veces intenté romperla.
La puerta está abierta, pero tengo miedo, ¿POR QUÉ?
Un animal que estuvo en cautiverio desde su nacimiento es difícil que pueda sobrevivir en la naturaleza, aunque esté en sus instintos puede complicarsele conseguir su alimento, y con eso, llevarlo a su rotunda muerte.
No sé cómo maldita sea podría conseguir algo por mi cuenta.
Sólo lloro en la soledad de mi habitación.
El ruido hace que me duela la cabeza.
Me da miedo pensar en el futuro, intentó vivir siempre en el presente, puede que algo me lleve a un buen camino, pero cuando pienso el el futuro muero de miedo.
Quisiera simplemente morir para no tener que enfrentar todo esto, es muy pesado para mí.
Hay veces en que imagino una soga sujetar mi cuello.
Hay veces en que imagino mis muñecas sangrar.
Ingerir pastillas.
Soy demasiado cobarde para eso y sigo viviendo.
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La cara de la Depresión
AléatoireNo es recomendado leer esta historia si no quieres desanimarte. "Detesto cuando alguien dice tener depresión y en realidad sólo busca llamar la atención en las redes sociales diciendo que se quieren suicidar. Yo no soy igual a esa gente, mi depresió...
