p.d.v Ariana
Los días más horribles de las adolescentes eran en los cuales andaban en el periodo y aparte habían cólicos, eran los peores y yo estaba completamente segura de eso; sólo quería irme a la casa acurrucarme con una manta y tomar un té, quizás también poner una película y llorar por más de comedia que sea.
-Ari, ¿te sientes bien?-preguntó Nate en un susurro mientras tomaba apuntes de la clase de historia universal.
-No-lloriquee mientras golpeaba mi cabeza contra la mesa.
-¿qué pasa?-preguntó mientras fruncía el ceño al ver mi reacción.
-cólicos y la m...-fui interrumpida por el pequeño golpe que me dio, pero por mi sensibilidad era como si hubiera ocupado toda su fuerza-¿por qué hiciste eso?-pregunte mientras aguantaba las lágrimas y hacia un puchero.
-ibas a decir una grosería y eso no es de señoritas-dijo burlón.
-te odio Nathan, te odio con todo mi corazón-murmure entre dientes.
-señorita Ariana y señorito Nathan, ¿algo que compartir con la clase?-pregunto el profesor Smith mientras nos tiraba cuchillos asesinos con la mirada, sabía a que venía esto.
-No se preocupes profesor Smith, saldré al tiro-dije tomando mi cuaderno y mochila y luego caminar por la puerta, mientras Nate copiaba mis movimientos.
-Gracias Madlow, me ahorró tiempo-sonrío el profesor, obviamente de forma cínica.
-no se preocupes profesor-salí de la sala seguida por mi amigo.
Primer día y ya me sacan de la clase, un récord.
-¿de verdad hiciste eso?-preguntó sorprendido.
-sí, a veces esto me hace ser impulsiva-dije mientras me sentaba en un banco de por ahí.
-de verdad creo que estas mal, ¿quieres que te lleve a tu casa?-preguntó mientras acomodaba la mochila en su hombro.
-sólo quiero ir a acurrucarme y tomar té-lloriquee bajando la cabeza.
-iré a pedir el pase y te vengo a buscar-dijo mientras caminaba.
-vuelve antes de que muera, aquí-dramaticé mientras me recostaba.
-no seas dramática Ariana-murmuró alejándose.
-te escuche, Natetonto-murmuré fuerte.
-Arianaaaaa!-se quejó mientras seguí caminando, reí pero tuve que agarrarme el estómago.
Nathan llegó a los minutos con el permiso del director, y salimos en su auto camino a casa, yo me encontraba desparramada en el asiento trasero con mis manos tratando de abrigar mi estómago.
-me gustaría ser mujer, para saber que se siente-dijo pensativo.
-oh, me gustaría ver como te quejas y gritas al ver que sale sangre por tu cosa-sonreí a medias.
Llegamos a la casa y como alma que lleva al diablo entré, sin mirar quien estuviera en la sala y me tiré a mi cama.
-ARIANAAAAA!-escuché gritar a mi madre, mientras sentía sus pasos subir por las escaleras.
-mami-lloriquee con la cabeza en mi almohada.
-¿te duele mucho?-preguntó mientras se sentaba a mi lado y acariciaba mi pelo.
-si-susurré.
-me diste un susto de infarto cuando pasaste corriendo por el pasillo-dijo
-lo siento-