1○Mi primer Deseo

99 2 0
                                    

El autógrafo de Dios.

La soledad, saben el verdadero significado de ello, no lo creo, la compañía era algo que no rondaba cerca de mí, así que, yo lo sabía con certeza, tenía 8 años, tan solo 8 años había estado viviendo en este mundo, y mi única compañía cercana, mi única relación humana, era mi madre, ni amigos, ni padres, ni perro que me ladrase.

¿Habrá algo mal conmigo?

Me decía en voz alta todos los días, pero nada pasaba, era realmente solitario estar aquí.

Me repetía a mismo día tras día, Quiero compañía.

Como si de un milagro fuese, la compañía llego a mi lado, justo en mi cumpleaños, era un joven, sin dudarlo se sentó a mi lado, era la primera persona en este solitario patio que se sienta junto a mi lado, el acaricio mi cabeza seguido con un fuerte manoteo que hizo que me despeinara y después de rio.

Los días pasaban y el no se iba de mi lado, un día, una semana, meses, incluso estaciones.

El joven no se apartaba de mí, siempre se encontraba a mi lado, aun recuerdo que en una navidad,incluso me dio un regalo, no tenia envoltura pero era un regalo, y no de mi madre, me sentí tan feliz.

Eh crecido con el tiempo pero el joven se ve igual, no crece ni envejece, ¿Será poco el tiempo que hemos pasado o será que el tiempo no le afecta?

Aunque me eh acostumbrado a la compañía sigo sin poder hablar con otros, no me dan temor, ni curiosidad, ni me falta el valor, es solo…

Que no los necesito.

El joven seguía sonriendo, no se apartaba de mí, incluso me contaba cuentos en las noches, aunque ahora que lo pienso, creo que ya estoy grande para eso.

Tres años han pasado con él a mi lado, a veces pienso, que debo presentárselo a mi madre, a mi único amigo, pero tengo miedo que por su edad trate de sobreprotegerme.

Un día en mi en mi cumpleaños, después de que las estaciones del año pasaran del invierno al verano, me pareció escuchar que se despedía, un cálido “Adiós” , que salía de sus labios, yo solo me encontraba medio dormido, después de todo con 12 años no podía estar despierto tan tarde.

Desde ese momento el… Se fue.

Mi último recuerdo es una escritura en mi muñeca que había aparecido, no entendía lo que decía pero no me importaba.

Esto no me impacto mucho, el había estado a mi lado por mucho tiempo, pero lo había comprendido, sabia quien era, y sabia porque estaba junto a mí, tantos tiempo que estuvimos juntos que pude saberlo, el se parecía a mí, el era “YO”pero con edad más grande, entonces, si él era “YO” en el futuro, significa que el “yo” del presento un día consolara al “yo” del pasado.

Pero no sucedía…

El día había llegado, era mi cumpleaños 18, y me veía justamente como el joven, exactamente igual, entonces este era el día. Me dormí sin querer y desperté al día siguiente, anonadado porque nada había pasado, no estaba consolando a nadie, sin tener conciencia corrí directamente a mi madre y sin pensarlo le conté todo, completamente todo y con detalles le dije…

Porque no pude ir con mi “yo”.

Ella con la pena encima, me conto su verdad, no le daba credibilidad a lo que escuchaba, en su verdad, mi infancia fue guiada por nadie, ella me veía a través de la ventana hacia el patio, jugando, platicando, peleando y gritándole a nadie, inclusive, el regalo que tanto presumía que él me había dado, no era nada, mis manos sujetaban nada.

Ese día se destrozo mi mundo, no por la verdad de mi madre, eso era absurdo, si no porque me sumergí en el conformismo de que un día viajaría a mi pasado, pero nunca me preocupe del ¿Cómo?, me falto convicción,así que prometí que recompensaría cada día que me tardase, cada día que mi “yo” este solo, lo juro por estas palabras impregnadas en mi muñeca.

....[Continua]

El autógrafo de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora