Capítulo 3: Disfraces y Vergüenza

291 22 4
                                    

*Capítulo 3: Disfraces y vergüenza…*

 

Calai corrió para llegar hasta el coche en el que Heidi, Lina y su madre  acababan de entrar. Pero será posible… ¿Se habían olvidado es él o qué?

-¡Esperad!-gritó agitando los brazos y cogiendo más velocidad.

-August, no arranque todavía-dijo Heidi dirigiendo la mirada hacia Calai, le sonrió tranquilamente- ¿querías algo?

-Pues… tu padre me dijo que fuese con vosotras y…-dijo Calai intimidado por la brillante sonrisa que su nueva protegida le brindaba. No sabía que era aquella sensación, pero se le hacía inútil no pensar que le iba a gustar ese cambio…

-¡Claro! Sube-dijo con otra sonrisa. Heidi estaba contenta, había pillado a su hermana mayor en su truquito para ser la preferida de todos e iba a sacar provecho de ello al 100 %. No le había caído bien, parecía una de estas personas que usan los puntos débiles de los demás a su favor, que los utiliza y que pocas veces muestra y dice lo que siente realmente. Sí, eso era lo que había visto en Sara, justo todo lo contrario que había sentido con Tania, a ella la veía tímida y frágil, muy tierna y dulce. Más bien, Tania parecía más la hermana pequeña que ella misma y eso le encantaba. Por lo menos, una de sus hermanas sí que era agradable. Y, lo que más le… impactó, por así decirlo, fue Calai, nunca se había imaginado que alguien tan… especial pudiese aguantar tanto tiempo a Sara. Le agradaba que su padre lo hubiese mandado a ser su guardaespaldas.

Calai se subió gustoso al coche, y emprendieron la marcha hacia Ignis Llameante. Lina y Heidi corrieron a la habitación de esta última y se tiraron a la cama.

-¡No me lo puedo creer tía!-dijo Lina emocionada. Heidi sonrió al instante, sabía de sobra a lo que se refería su amiga, aún así, después enarcó una ceja.

-No sé de qué me hablas-se hizo la desentendida-contestó mientras se rascaba una de sus uñas con el pulgar.

-¡Mientes!-gritó Lina lanzándole un cojín que dio de lleno en la cara de Heidi. Está bufó ¿Por qué la conocía tanto? Y si… siempre que Heidi hacía el gesto de rascar una de sus uñas con él pulgar  ¡mentía!

-Bueno está bien… pero… ni creas que me importa demasiado-puso todo su empeño en  no rascarse la uña de nuevo y… ¡lo consiguió!

-Increíble, no puedo creer tal cosa ¿lo has visto bien? Está buenísimo y además parece muy agradable-dijo dando un suspiro.

-No me digas que ya te has enamorado-dijo Heidi blanqueando los ojos.

-No… pero… ¡Si es de él por mí genial!-dijo dando un saltito de alegría, esta vez, fue Heidi la que le tiró un cojín encima-Vamos… que si te gusta a ti no hay problema ¿eh?-dijo haciendo un puchero.

-¡Que no es eso tonta!-rió a carcajadas.

_____________________________________________________________________________

Calari estaba perdido en esa casa, a no ser por el mayordomo no encontraba a nadie a quién preguntarle que debía hacer exactamente…

-Disculpe…-se dirigió hacia August que recién entraba a la mansión.

-¿Si, señorito?-respondió el chófer respetuosamente.

-Oh, no me diga señorito, simplemente llámeme Calai-contestó con una amable sonrisa.

-Claro señor… digo, Calai-dijo no muy convencido- y bien ¿qué se te ofrece?

-Pues… me gustaría saber cómo hago para disponer de mi habitación, no hay nadie que me haya instruido por este lugar…-dijo mirando a su alrededor.

-Yo, si fuera tú iría a preguntarle a la señorita Heidi, siempre es ella la que elige las habitaciones de los empleados, ya sabes… para que le le sea más fácil contactarlos cuándo necesite algo-respondió August como si fuese lo más normal del mundo… Calai se rascó la cabeza algo confuso, en Ignis Ardiente Sara simplemente dejaba esas cosas para sus empleados de mayor confianza que siempre la atendían sin necesidad de llamarles.

-Claro… ¿dónde está ahora mismo la princesa?-preguntó con una sonrisa.

-Está en el segundo pido, la primera puerta a la izquierda, no tiene pérdida-contestó dirigiéndose a la cocina-te acompañaría yo mismo pero tengo que ir a buscar a la señora Clarissa. Nos vemos luego Calai.

-Claro-le contestó pensándose si ir a la habitación de Heidi o no… a medida que subía las escaleras, se iba poniendo más y más nervioso. ¿Por qué? No lo sabía, escuchó unas risas proviniendo de la habitación de Heidi. Se quedó embelesado por su risa, era tan dulce como la imaginaba… Decidió llamar a la puerta.

_____________________________________________________________________________

-¿Pero te has fijado? Seguro que no es de aquí, me refiero a que, bueno aquí en Ignis, todo el mundo es de ojos azules, nadie los tiene verdes, es curioso…-dijo Lina sorprendiéndose de sus palabras.

-¿Intentas decir que no es de este planeta?-Heidi negó con la cabeza-eso es imposible… ¿otro planeta? El próximo planeta está a muchos millones de kilómetros de aquí ¿cómo va a venir de tan lejos?

-¡Bah! Tienes razón pasemos de ese tema… en vez de eso…-dijo Lina frotándose las manos con media sonrisa.

-¡DISFRACÉMONOS!-dijo Heidi emocionada. Siempre hacían lo mismo, desde muy pequeñas siempre se habían estado disfrazando por las tardes, maquillándose y peinándose hasta que se cansaban, el armario de Heidi, tenía una puerta secreta al fondo que daba a un amplio vestidor de disfraces, con una probador y un tocador también.

Entraron al armario secreto y se vistieron Heidi de  diablesa y Lina de ángel.

-¿Qué tal si salimos ya del armario?-dijo Heidi. Calai petó a la puerta, pero las chicas ni se enteraron.

-Por mí perfecto, ADELANTE PRINCESS-contestó Lina haciendo una reverencia dejando pasar a Heidi. Calai escuchó ese adelante y abrió la puerta de la habitación algo avergonzado por volver a ver a Heidi.

-No seas tonta-dijo saliendo del armario-sabes que odio que…-cruzó mirada con Calai que la miraba sorprendido. Heidi lo miró con los ojos como platos y Calai dirigió la mirada hacia el atuendo de la chica  que al darse cuenta de dónde miraba Calai, se puso roja cómo un tomate. Calai quedó maravillado, el delgado y a la vez pequeño cuerpo de Heidi, estaba encajado en una vestido rojo palabra de honor con falda a vuelo y decorado con contornos negros. Su pecho quedaba totalmente marcado y sus curvas eran de muerte. Se quedó sin respiración jamás había visto a un ser tan bello…

-¿Heidi, que te pas…? ¿Calai?-dijo Lina posando la mirada en el chico que estaba inmóvil mirando a Heidi que a su vez estaba más avergonzada de lo que nunca jamás había estado.

-Yo…-dijo el chico sin salir de su trance.

-¡Fuera!-gritó Heidi precipitándose al baño.

Calai salió muy rápidamente, con el corazón a mil y de alguna forma… feliz ¡sí esa era la palabra! Aquella chica era sin ninguna duda la más increíblemente bella que había visto jamás

 

 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 26, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Triple Fuego (EN ESPERA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora