❝Hubo una vez, muchos años antes de Cristo, una ciudad a las orillas del Mar Muerto.
Una ciudad llena de pecados, llena de asesinatos, violaciones, cada una de las personas que habitaban ahí eran de un corazón duro y corrompido.
O al menos eso decía El Creador, al contrario del Serafín Azazel, quien declaró que el ser humano era la más horrible creación de su superior.
El Creador es amor, y ama a sus hijos. Él les advirtió, les dijo que se arrepintieran lo más pronto posible, y sus pecados podrían ser perdonados.
Pero Azazel estuvo en total desacuerdo con que aquella ciudad reciba el perdón.
ㅡTus inútiles creaciones no merecen vivir, solo mira cómo han manchado tu nombre, su ignorancia y desobediencia me causa ira.
Ira, que como Serafín, no debía sentir.
Sin embargo, El Creador es misericordioso, y mandó a uno de sus seguidores en el Reino Humano para que vaya a predicarles, y que se permitan ser exhortados.
Azazel no podía creerlo. Desde los cielos él veía como la misma humanidad se destruía entre sí. Comenzó a aborrecerlos, comenzó a sentir desagrado, odio, quería exterminarlos él mismo.
El Serafín no pudo más, la batalla entre su ira y la pureza que yace en él lentamente iba perdiendo.
Como rayo de luz bajó hacia el Reino Humano, y no dudó ni un momento más en aniquilar a todo el pueblo bajo sus pies.
La sangre que manchaba sus manos se derramaba sin fin. Fue entonces cuando la verdadera batalla comenzó. Hizo lo que ningún ser Celestial hubiera hecho nunca, exterminó la misma obra de El Creador, aborreció su palabra. Ya no se sentía puro.
Fue entonces cuando sintió vergüenza de sí mismo.
Sus 6 alas comenzaron a marchitarse, pluma por pluma, iba perdiendo la divinidad en su ser.
ㅡNo serás tan sinvergüenza como para volver ahí, ¿verdad?ㅡ Azazel ni siquiera sintió la presencia del Rey Demonio a sus espaldas. Al mirarlo, lo supo, supo que no había marcha atrás. No respondió, continuaba mirando la sangre que había tomado de cada ser humano del pueblo de El Creador.ㅡ Yo te entiendo, oh, pobre serafín.ㅡ Expresó aquel ser demoniaco.
Las lágrimas de Azazel no tardaron en brotar.
ㅡSoy Azazel, un guardián serafín, me entrego a ti para servirte y que me permitas olvidar la vergüenza que me invade.
ㅡHoy, mi pequeño, dejas de ser un serafín.ㅡ Azazel, poco a poco, podía sentir la oscuridad apoderarse de él.ㅡ Por tu ira, destruiste a un pueblo entero, ese pecado vive en ti, y eso te condenará.❞
Kihyun veía a las almas en pena que rogaban por una oportunidad más entre las llamas infernales del Reino Demoniaco. Su deber como Príncipe del Infierno era darles esa oportunidad que querían, regresarlos al Reino Humano al que pertenecen, sin embargo, regresarán con más ira. Ira con la que destruirán el mundo con ellos, ira que llevara la humanidad al caos.
Caminó sobre las llamas, jugando con cada alma desolada que veía.
ㅡ ¿Serás tú?ㅡ Preguntó retóricamente, no esperaba que le respondieran entre los quejidos y llantos ante el fuego que ardía en sus almas.ㅡ ¿O acaso serás tú?
Sus ojos podían ver el daño que le harán al mundo si los elegía. De repente su mirada conectó con una de las almas en pena que no lloraba, ni se quejaba, simplemente estaba ahí, sabiendo que lo merecía. Se acercó lentamente a ella y le dio la mano.
Aquella alma le denegó su oportunidad, cosa que llenó de curiosidad al Príncipe.
ㅡ¿Quién eres?ㅡ le preguntó.
ㅡMe llamo Russell D. Vianhart, y asesiné a más de ochenta niñas en mi país.
ㅡFascinante.ㅡ Murmuró Behemot al ver toda su vida en sus ojos.ㅡ No estás arrepentido en lo absoluto.
El demonio pudo ver qué pasaría con aquella alma si le daba la oportunidad, se sorprendió de la temible cantidad de aberraciones que haría, tanto que sintió como las cicatrices de su espalda se erizaban.
Fue entonces, que titubeó en darle aquella oportunidad de volver.
ㅡNo deberías ni siquiera dudar para esta misión, Behemot.ㅡ el Rey Demonio apareció detrás de él, sobresaltando al demonio de la Ira.
ㅡLo lamento, mi señor...ㅡ hizo una pequeña reverencia ante la presencia del más grande Rey Demoniaco.
Finalmente, el Rey miró a aquella alma sin arrepentimientos, y sin más, la soltó. Dándole paso al Reino Humano.
ㅡTe necesito vigilando en el Reino Humano, Kihyun.ㅡ El Rey lo llamó por su nombre humano, por lo tanto supo que podía tratarse de algo importante.ㅡ Haniel no debe tardar en volver, apenas sientas su presencia, hazme el llamado.
Behemot asintió ante su orden, y se dirigió hacia las puertas del Inframundo, que era custodiadas por el demonio de la envidia, Leviatán.
ㅡ¿Dudando otra vez?ㅡ Preguntó seriamente Changkyun, preocupado por su compañero. No era normal en un demonio dudar.
ㅡTercera vez en 18 siglos.ㅡ Comentó Kihyun, rascando su nuca.ㅡ Nos vemos luego.
Se despidió para después desvanecerse en el aire hasta llegar al Reino Humano.
No tenía un destino, solo caminar sin rumbo por las calles de aquel reino. Podía oler cada pizca de rabia y caos que había cerca en ese momento. Desde una simple pelea de pareja hasta la sangre de alguna persona siendo derramada por un alma que el mismo soltó, para saciar su ira con más maldad y caos.
A pesar de eso, por su mente solo pasaba que él no causó eso, la misma humanidad lo causó, su misma destrucción.
Chisteó, asquerosos humanos. No respetan nada, son tan cerdos, merecen revolcarse en su mismo lodo, por eso los condena a vivir destruyéndose y destruyendo a los demás eternamente.
Por el rabillo del ojo, notó un leve movimiento entre la oscuridad del lugar. Se acercó lentamente, comenzaba a amanecer, no se sorprendería si se trataba de algún ser Celestial que trae la mañana para los fieles seguidores del Creador.
No pudo evitar sobresaltarse ante los gritos de un pequeño demonio perdido.
ㅡMaldición.ㅡ Espetó por lo bajo, sinceramente, creyó que se trataba de un ángel, pero solo era un drude, un demonio relacionado con las pesadillas y el mal sueño.ㅡ Vete ya, él sol está saliendo.ㅡ Reprendió de mala manera y el demonio se desvaneció.
Ningún demonio puede enfrentarse a ningún ser celestial ni al de más bajo rango, eso lo tenía muy claro. El poder divino que llevan consigo era más que poderoso.
Pero a veces su ira, podía más con su miedo, y el coraje le sobraba para enfrentarse a un ser celestial.
De repente, Kihyun voló por los vientos, estrellando su demoniaco ser en un punto totalmente lejos de donde estaba. Estaba siendo arrastrado por aquel Serafín guerrero, por el protector del pequeño ángel del que su Rey estaba interesado.
Wonho.
El cuerpo del demonio dolió, su piel rozó levemente con los rayos divinos que irradiaba el Serafín.
ㅡTengo un mensaje para Lucifer.
.
Hola, jejej. EXILED finalmente fue actualizada después de un año y cuatro meses. Espero lo disfruten. <3

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exiled / monsta x
Fanfiction❝Vine por ti, pequeña angelita. El pecado vive en ti, y eso te condenará.❞ ✡ monsta x ✟ heterosexual ✡ ángeles y demonios ✟ historia corta