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Magic is in the air, there ain't no science here.


Mingyu suspiró en el sillón de su apartamento. De nuevo había evitado ir a la reunión en el bar con sus amigos, pero a diferencia de las ocasiones anteriores, esta noche era la última reunión en la que él estaría presente. Se iría al día siguiente a Alemania y no lo volvería a ver.

Y no quería verlo. Este amor no correspondido era enfermizo, tres años de eso ya habían sido suficiente.

Conoció a Jeon Wonwoo cuando uno de sus amigos en común —Jeonghan— los llevó al mismo bar. Mingyu sintió un clic instantáneo, pero el pelinegro sólo no lo notaba. Charlaban, convivían, aunque en esos tres años jamás le dio una pista de querer ir más allá de esa amistad. Sin embargo, al ser un alfa, Wonwoo debería casarse con un beta, no con un omega como Mingyu.

No era bien visto por la sociedad que un alfa se enlazara con un omega; eran sensibles, y por su celo se los consideraba más como aventuras de una noche que como compañeros para toda la vida.

Él deseaba más que nada ser el compañero de Wonwoo, pero mientras no fuera un beta eso sería algo imposible.

Lo gracioso del asunto radicaba en que por su complexión y altura la mayoría de la gente creía que era un alfa y la minoría lo creía un beta.

Miró el reloj y marcaba las diez cuarenta y siete de la noche. Cambiaba los canales de la televisión, no encontraba algo que distrajera su mente, últimamente estos impulsos hacia el hombre eran cada vez mayores, estando a su alrededor le era casi imposible no abalanzarse sobre Wonwoo.

La época del celo era la peor, deseando un cuerpo que lo llenase y lo anudase. Deseando que ese cuerpo fuera el de Wonwoo. Como eso no era posible se mantenía a base de supresores en grandes cantidades, aunque su médico le advirtió que esto causaría que quedara estéril.

«Pero si no podía tener cachorros con el alfa que él deseaba entonces no los quería.»

Claro que eso era lo que pensaba antes, ahora que estaba decidido a superar este amor platónico por el hombre, buscaría un médico para que tratase su esterilidad.

Golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, se giró a ver la hora, once tres. ¿Tanto tiempo estuvo perdido en sus pensamientos?

Los golpes eran cada vez más persistentes. «¿Quién demonios toca así a esta hora de la noche?»

—¡Voy! —gritó el rubio. Pero los golpes seguían, al punto de parecer querer derribar la puerta. Omega o no, eso no le impedía darle un buen golpe a algún estúpido que se lo mereciera. Definitivamente esta persona se lo estaba buscando.

Abrió la puerta.

—¿Quieres derribar la puerta, estúpi-

—¡Minnie! —gritó un emocionado y ebrio Wonwoo.

De todas las personas que pudieron venir a esta hora y en este estado, jamás creyó que Wonwoo sería una de ellas.

—¿W-Wonwoo? —tartamudeó ante la sorpresa.

—S-Sí. —contestó el mayor burlándose de él. Lo empujó un poco para adentrarse al apartamento de Mingyu.

—Claro, pasa. —dijo sarcásticamente cerrando la puerta.

Wonwoo se quitó sus zapatos y abrigo, dirigiéndose al sillón.

—¿Por qué no fuiste al bar, Minnie? Sé que no te caigo bien, así que quise venir a arreglar los asuntos. —Arrastraba las palabras conforme hablaba.

Promises | MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora