No books [Ray/Emma]

«¡No libros!»

I.

Se hallaba leyendo, tranquilamente. No había clases por ahora, por lo que leer en donde se había quedado no estaba mal.

O eso era hasta que...

— ¡Ray vamos a salir! — dijo Emma, quitándole el libro. Ray hizo un obvio gesto de molestia, a lo que Norman sólo sonrió.

Eso fue, en primaria.

II.

— Ray, ¿Me acompañas a la cafetería?

Bajó el libro, mirándola fijamente.

— ¿No pueden acompañarte Gilda, Don o Anna o alguien más?

Emma hizo un leve puchero.

— ¡Por favor Ray!

Volvió su mirada al libro, con la clara intención de ignorarla. Y habría continuado su lectura, de no ser porque se lo arrebató.

La miró, molesto.

— Te devolveré el libro, sí me acompañas.

No le quedó de otra más que hacerlo.

Y eso fue, en la secundaria.

III.

— Emma, ¿Has visto mi libro?

— ¿Cuál?

— El que he estado leyendo esta semana.

— Eh, no. Tal vez Don lo tiene. — mintió.

Y como Ray estaba tan desesperado por encontrar el libro, ni se dio la tarea de verificar que lo que Emma decía era mentira; cuando Emma vio que ya se había ido, sacó el libro de su mochila.

Y eso pasó, en preparatoria.

IV.

Estaba leyendo en la comodidad de su cama, hasta que sintió como Emma se escurría entre sus brazos, irrumpiendo en su lectura.

Suspiró, resignándose a parar su lectura. La abrazó, mimándola, haciéndola reír y sonreír.

Eso fue cuando estaban saliendo. En la universidad.

V.

Miró los libros, con recelo. Ellos le quitaban la atención de Ray. Ya sea con ella o sus amigos.

Oficialmente, los libros eran sus enemigos.

VI.

— Emma, ¿Qué haces? — preguntó curioso Norman. Esa bolsa sí que era enorme, casi a punto de reventar.

Emma le hizo una seña de que guardase silencio.

— Son los libros de Ray.

— ¿Y por qué están en esa bolsa?

— Te contaré más tarde. Ahora, ¿Puedes ayudarme con esto?

Norman estaba casi seguro que Ray pegaría el grito al cielo, además de enojarse con ellos dos. Pero debía admitir en parte, que aquello, iba a ser divertido.

VII.

— ¿Qué le pasó a todos los libros? — le preguntó su madre, sorprendida de ver casi vacío el librero. Ray sonrió con cierta molestia.

— Lo mismo quisiera saber. — estaba claro que iba a castigar a Emma por su, según él, travesura.

¿Qué rayos tenía Emma contra sus libros?

VIII.

Había decidido dejar por la paz su guerra contra los libros, o eso Emma le aseguró. Algo que tranquilizaba al pelinegro pero también lo intrigaba.

Algo estaba planeando de seguro.

Y fue eso mismo, cuando volvió de trabajar, que encontró el libro intacto por fuera, pero agujereado en donde indicaba el número de páginas. Esto era el colmo.

— ¡EMMA!

-Traumada Taisho

Xdxdxd
Cierto, me faltó aclarar que en las últimas viñetas están casados xd