IV

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Dentro de la casa se encontraban Manuel y Hanna peleando.

-Por enésima vez, no me digas Cecilia, Me llamo Hanna Galilea, si quieres dime Hanna, o Galilea, pero no Cecilia-

Lo que parecía ser un desacuerdo muy fuerte fue interrumpido cuando la puerta principal de la casa se abrió de par en par y dejo a la vista dos siluetas, que se veían idénticas amenos que los miraras con atención

Los jóvenes atravesaron la puerta con paso lento pero decidido, como era común en ellos.

Hanna y Manuel olvidaron el hecho de que hacia unos momentos se habían estado gritando y se miraron nerviosos entre ellos, sabían que en algún momento tenían que llegar, pero pese a que habían pasado casi tres horas desde que había terminado el entierro, sintió que lo habían hecho muy rapido, pensó que tendría que mandar a buscarlos cuando empezará a oscurecer, y así hacer que los jóvenes evitarán la tormenta que les esperaba en esa misma casa, que dejó de ser un hogar para ellos

Pese a que los jóvenes se veían más tranquilos que hacía unas horas, aun había algo en su mirada, que, lejos de causar pena, instigaba miedo

-Sus gritos se escuchan hasta la entrada, deberían tener respeto por esta casa, les recuerdo que estamos de luto- Hablo Israel muy serio, algo demasiado raro en el

-Lo siento señor, los esperan  en la sala de juntas

Los jóvenes de forma automática se fueron con el semblante más serio del mundo y su mirada sombría

~♤~

El bullicio era abrumador, comentarios a favor de Israel y otros en contra, pero todos se callaron cuando la puerta se abrió dramáticamente dejando ver a los dos jóvenes que cada vez eran más idéntico, Israel dió el primer paso con una seguridad que daba terror y fue seguido del mismo modo por su hermano unos pasos atrás

-Falta una silla- dijo Jesús intentando no gritar, ganando una mirada de desaprobación de todos los presentes

-Falta otra puta silla- dijo en un tono escalofriantemente tranquilo Israel, incitando a la empleada obedecer la orden que nunca dio

Al llegar la silla Israel tomo asiento en silencio con su hermano a su lado

El  notario se aclaró la garganta llamando la atención de todos

-ya que todos estamos aquí demos comienzo a la lectura del testamento, "Yo Guzmán Sánchez Ernesto, en pleno uso de mis facultades mentales mediante el siguiente documento plasmo mis últimos deseos, en caso de yo morir, toda mi fortuna y vienes serán de mi esposa y ella tendrá completo control de ello"- el silencio era abrumador, al grado de oírse como trago saliva el notario, respiro y prosiguió -"Pero si ambos hemos dejando este mundo, los vienes serás repartidos de la siguiente manera, el hipódromo la extinción pasará a manos de las señoritas, Dayra y Carolina, Casas de verano de Yucatán, Colima, Veracruz y baja California, mansiones de francia y España, condominio de Dubai, La casa de Playa en Cancún, restaurante gourmet de Jalisco, Oxaca, Cancun, Yucatan, La casa del bosque en Chiapas, el club campestre, el bar de DF, los yates, Los aviones privados, 17 de los 25 autos de colección y el jaripeo de Madrid, serán para mi hijo Jesús Guzmán Alvarez"- un silencio lleno de dudas se apoderó de todo el lugar- "Y para mi hijo Israel, El Refugio de emergencia, La mansión de Italia y buenos aires ,Las casas centrales, El resto de autos incluido el Aventador SVJ Coupe, La casa de puerto escondido, la casa de Guanajuato, El crucero del amazonas, El jet privado, y- el notario alzó la vista, y miró a ambos jovenes-

La presidencia del negocio familiar

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