Maratón 3/4
Cuando entramos a mi habitación agarré mi portátil para así comenzar el trabajo y avanzarle lo suficiente.
- Tú mamá me parece adorable.- rió.
- Bueno, es que no la conoces cuando se molesta conmigo.- hice una mueca.
- Lo entiendo.- rió más.
- Bien, ¿en que íbamos la última vez?.- encendí el portátil.
- Pues..- sonó su celular.
- Nada de celulares, necesitamos avanzarle a este proyecto por que te ausentaste dos días.- lo miré.
- Es importante, ______. Lo siento, solo será un segundo.- dijo levantándose de la cama.- ¿Hola?
Después de eso no pude escuchar nada más por que Justin salió de la habitación. Está bien, un tanto misterioso. ¿No podía contestar aquí? Le resté importancia y me puse a teclear sobre el buscador.
- ______, necesito irme por mi motocicleta al taller. Lo siento.- tomó su mochila.
- ¿Qué? Por puesto que no, ¿qué te pasa? ¡Acabamos de llegar!.- reproché.- Puedes ir por la moto después.
- Tal vez regrese al rato. Adiós ______.- besó mi mejilla.
No pude reclamarle nada por que me había quedado congelada por su beso. Cuando por fin reaccioné no tuve más remedio que esperar a que llegara, pero por mientras tendría que avanzarle yo misma.
Llevaba un buen rato tecleando y anotando apuntes, entonces me rugió el estómago de hambre, así que bajé por algo de comida.
- Gracias mamá, no subiste los aperitivos y me estoy muriendo de hambre.- hablé entrando a la cocina.
No estaba mi madre en la cocina, bien.
Tomé dos platos y comencé a preparar dos sandwiches, uno para mi y uno para Justin. Si es que regresaba.
Cuando acabe quería alcanzar un par de vasos para servir bebida. Pero lamentablemente era baja y estaba teniendo dificultad para alcanzar los vasos de la parte de arriba.
- Diablos.- susurré derrotada.- Vamos ______, solo un poco más.
Me estiré pero era imposible.
Me paralicé cuando sentí unas grandes manos rodeandome por la cintura ayudándome a alcanzar los vasos.
- Ya estoy aquí.- susurró en mi oído.
- Preparé unos aperitivos.- se me cortó la voz.
¿Enserio? ¿Es todo lo que pude decir?
- Estás hermosa.- siguió susurrándome.
- Sigo igual a como me viste hace un momento.- me quité.
- Tal vez no te aprecié lo suficiente.- encogió los hombros.
- Basta, tenemos que continuar con nuestro trabajo.- dije firme.
- Claro, nena.- me sonrió coqueto.
De nuevo noté que vestía de una manera diferente. De nuevo traía su estilo de chico rebelde. Ésta vez no pude aguantar mi maldita curiosidad y hablé.
- Justin, ¿te puedo hacer una pregunta?.- miré sus ojos.
- La que quieras, guapa.- dijo.
- ¿Por qué es la segunda vez que traes diferente vestimenta?.- levanté las cejas.
- Bueno, creo que es algo que no te interesa, ______.- suspiró.
- Dijiste que te podía hacer cualquier pregunta.- recalqué.
- Pero no dije que la contestaría.- dijo serio.
- ¡Mierda! ¿Por que tú cambio de humor repentino? ¿Acaso eres bipolar?.- levanté las manos.
- ¿Acaso te importa?.- giró los ojos.
- Por supuesto que no, por eso pregunto.- dije sarcásticamente.
- Deja de comportarte como una niñita.- gruñó.
- Tú deja de ser un inbécil.- lo apunté.
- ¡Bien, estoy harto de que me trates como si fuera una basura!.- gritó.
- No eres una basura, solo que no eres de mi agrado.- fruncí la boca.
- Tienes que quitarte esas ideas de la cabeza por que enserio no me conoces.- sonó molesto.
- Te conozco lo suficiente para saber que eres un idiota.- me reí.
- ¿Es todo lo que sabes decir? Pues estás muy equivocada.- me miró intensamente.
- ¡Oh! ¿Ahora te haces la víctima? Me importa un comino tú vida personal, no le reclamé a la profesora por nada. Así que debemos terminar el proyecto.- dije.
-------------------------------------------
Ah pero que Rayita tan cruel:(. Asdfghjklñ espero que les haya gustado el capítulo*-* se los hago con mucho amor. Voten y déjenme algún comentario para saber que les está gustando:B.
Las amo<3.
AngelaM.
ESTÁS LEYENDO
| Élღ | Justin Bieber & Tú | INCOMPLETA
ФанфикJustin Bieber es el chico más guapo y popular de la preparatoria de Stratford. Él con tan solo guiñar el ojo y lanzar algunos piropos, hacía que todas las chicas cayeran rendidas a sus pies. Pero había alguien que nunca había caído en sus encantos...