La rosa

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Entregarle la rosa a ella era su mayor objetivo, quizás el único que tenía en su vida, quizás el último de su vida, pensaba al fin hablarle, pensaba al fin poder decir todo lo que callaba y pensaba.
Jamás pensó que el día llegaría, pero más temprano que tarde llegó el ansiado día, él con los nervios de punta, caminaba a su punto de encuentro, los famosos nervios en él crecían en cada miserable paso que daba, su mente no le jugaba muy buenas pasadas como él esperaría, a lo lejos la vió sentada en un banco de la hermosa plaza de su pueblo y más hermosa que nunca, se sentó a su lado y rápidamente le puso la rosa en sus piernas, la gente pensaba lentamente por la banca en la cual se encontraba la pareja, pero todos los miraban extrañados, eso creía él, pero qué tan raro sería estar hablando solo o con un fantasma.

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