Capítulo seis

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NDymitri :

Sonó el timbre.

Ví como el chico salía del lugar rápidamente se le notaba nervioso, pero

... ¿Por qué?.

Sólo di un suspiro y salí del baño igualmente.

Entré al aula y me senté en mi puesto correspondiente mientras que daba inicio la clase, miré a mi costado y Alec no se encontraba allí, ¿qué le estará ocurriendo?, desde que charlamos cogió una expresión bastante extraña.

Todos se encontraban platicando sin prestar atención a la maestra, en cuanto sonó la puerta del salón abrirse todos cultivaron un repentino silencio.

- E-Este... Lamento el retraso, profe. - Dijo Alec con un tono agitado, como si hubiese corrido kilómetros, en tanto que me dirigió una observación distante.

- Bueno, ya que estas ahí parado, ¿por qué no vas a enseñarle el casillero a tu nuevo compañero? - Dijo la maestra.

- Se detuvo a pensarlo - ..... Vale. - Respondió él asintiendo.

- Dymitri, acompaña a Alec, te mostrará tu casillero.

Yo solo me levanté de la silla cogiendo mi bolso y unas cuantas cosas más.

Me acerqué al rubio y le sonreí levemente lo cual no me fue correspondido de la misma forma, tan solo me quedó viendo serio y salimos de la sala.

Llegamos al pasillo y abrió un casillero el que al parecer era suyo. Cogió una llave de ahí y me la entregó.

- Este es tu casillero. - Dijo dándole un par de palmadas a la casilla de al lado.

Carraspeo seguido de; - Veo que... Nos están juntado demasiado - Comentó ruborizado.

Me sonrojé al igual que él ya que era cierto, muy cierto, pero quizás sea una simple coincidencia, solo quizás...

- Tienes razón... - Respondí. Hubo un silencio entre ambos en cuanto compartíamos miradas - Así que... ¿Desde cuando estás en el instituto? - Pregunté con poca curiosidad.

- Solo desde el año pasado - Contestó con rapidez sin casi poder modular bien.

- Vale... - Agregué.

Le noté fijándose en mí, más que nada, en mis labios, pero... Joder, no le entiendo, ¿qué querrá?, ¿qué sentirá?, en especial, ¿qué pensará?.

- Eh, g-gracias por traerme - Abrí la casilla para guardar mi bolso, entre otras cosas.

Acomodaba lo demás en cuanto él se puso a mis espaldas acorralándome en el casillero, me sentí muy nervioso e incómodo así que no lo pensé más de una vez y me volteé planteando mi vista en la del rubio. Aquellos ojos verdes estaban realmente clavados en los mios.

Sonreí de lado, ruborizado, nervioso... Pero aun así seguía mirándole.

Ninguno de los dos cogía valor como para hablar en este momento.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2014 ⏰

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