Capitulo 28 : Sueños Extraños

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Era Rim. No me sorprende que esa perra este haciendo esto.

Trate de soltarme de su amarre moviéndome de un lado a otro pero era imposible. No podía.

- Ni siquiera lo intentes, no podrás soltarte.- dijo.

- Por que haces esto Rim?.- pregunte.

- Por que tu me quitaste a Camerón.- dijo.

- Rim tienes que superarlo.

- Claro que no.- dijo alzando la voz.- La vida me quito muchas cosas pero no voy a dejar que una cualquiera como tu me quite a mi novio.- dijo. Pero, que es lo que la vida le había quitado?

- Nose lo que fue de tu vida Rim pero lo que si se es que amo a Camerón y no permitiré que nadie me lo quite. No te tengo miedo.- dije.

- Pues deberías.- dijo mirándome con odio.- Como esto no funciono para que aprendas creo que tendré que preparar mi próximo movimiento.- dijo. Ahora si me estaba asustando.

- Déjame ir Rim, por favor, no diré nada.- dije suplicando.

- Claro que no dirás nada por que sino te irá peor.- dijo soltándome. Cuando término quize salir corriendo pero la puerta estaba cerrada con llave.

- Ábreme la puerta Rim.- dije mirándola.

- Antes de que te vallas quiero que aprendas una lección para que nunca te olvides de quien soy.- dijo. Estaba realmente asustada. Esta rubia estaba loca. Cerro los puños y alzo el brazo, luego lo bajo marcandome su puño en mi cara. Me límite a dejar caer lágrimas después de ese golpe. Me abrió la puerta y corrí lo más rápido que puse hacia mi casa, ahora tenía dos moretones en el mismo cachete, fabuloso.

Abrí la puerta de mi casa y entre lo más rápido que pude. Tenía que admitir que tenía mucho miedo.

Cerré la puerta y me apolle sobre ella dejándome caer al suelo y cerrando lo ojos trataba de que el aire entrara en mi y llegara a mis pulmones para volver a respirar.

- Que pasa hija?.- dijo mi padre arrodillandose en frente de mi para estar a mi altura.

- Nada que te importe.- dije levantándose para alejarme de el.

- Hija siento mucho lo de ayer.- dijo ya parado y yo me voltee a verlo.

- No quiero hablar de eso.- dije.

- Pero, esque yo en enserio....- dijo pero lo interrumpí.

- No quiero hablar de eso ahora.- dije alzando un poco la voz. Me di vuelta y me dirigí hacia mi cuarto. Me duche y me cambie, quería descansar un poco. Poco a poco fui cerrando los ojos y me dormí.

NARRA EL PADRE:

Enserio sentía mucho haberle pegado a mi hija, es muy difícil para mi tener que hacer el papel del padre y la madre a la vez, pero creo que ninguno de los dos papeles los estoy haciendo bien.

Ya quería darle la noticia a mis hijos, no podía ocultárselos más. La invitare mañana a cenar así conoce a su próxima familia, espero que los chicos puedan verla como una madrastra buena y no como esas de los cuentos.

Fui a mi despacho a trabajar, tenía bastantes papeles para hacer.

NARRA ________ :

Me desperté y con pasos lentos fui a la cocina, tratando de no encontrarme con mi padre. Cuando entre a ella vi a una persona muy parecida a mi madre, si no estuviera muerta podría jurar que era ella.

- Quien eres tu?.- pregunte temerosa.

- Hija, llevas mucho tiempo durmiendo.- dijo.

- Mama?.- dije al ver esa sonrisa que era igual a la de ella.

- Si mi amor, soy yo.- dijo y extendió sus brazos para abrazarme. No dude ni un segundo en correr a sus brazos como cuando era niña. No entendía lo que estaba pasando pero como sea no quería que se terminará. Nos separamos y ella empezó a llorar, pero no era de felicidad, era de tristeza.

- Que pasa mama?.- pregunte confundida.

- Cariño no todo es lo que parece.- dijo y yo levanté la mirada. Vi a mi padre apuntandole con una pistola en la cabeza.

- Papa no lo hagas.- dije gritando.

Pero a el no le importó, disparo y la mato.

- _____ , _______ despierta.- escuche a mi hermano mientras me sacudía para que yo despierte.

Fue sólo un sueño.

- Que paso?.- pregunte confundida levantándose poco a poco de mi cama.

- Al parecer tuviste una pesadilla.- dijo.

- Fue el peor sueño del mundo.- dije secándome las lágrimas.

- Todo esta bien enana, todo esta bien.- dijo abrazándome.

Me dirigí a la cocina y cuando estuve cerca mire sigilosamente por la puerta. Sólo estaba nana. Me límite a entrar.

- Cariño, estas bien? Te noto pálida.- dijo tocándome la cara.

- Si creo que estoy bien nana, que hora es?.- pregunte.

- Las 6 de la tarde.- dijo.

- Ya es tarde, hoy tenía que ir al cine con Sara.- dije corriendo por las escaleras para ir a cambiarme. Agarre mi celular y tenía 5 llamadas perdidas de ella. Esta vez la llamé yo.

*LLAMADA TELEFONICA*

_____ : lo siento, me dormí.

Sara: Esta bien, estoy con Matt.

_____ : Ah, Matt me remplazo.

Sara: Claro que no celosa, si no que tu no venías y no iba a tener las entradas para la nada entonces lo llamé.

_____ : Esta bien. Yo le voy a pedir a Camerón que me pinte las uñas.

Sara: No te enojes.

_____ : Tengo que irme a comprar un barniz nuevo, a Camerón le gusta el verde.

Sara: Sabes que te amo.

*FIN DE LLAMADA TELEFONICA*

Reí un poco y colgué. Alguien entro a mi cuarto.

- Enana, papa quiere decirnos algo, vamos a su despacho.- dijo y yo salí junto a el. Era como un deyavu , se repetía lo mismo que nos había pasado en Londres.

Entramos a su despacho y el nos estaba esperando sentado en los sillones.

- Tomen aciento.- dijo haciendo un ademan con las manos mostrando los sillones.

- Que pasa?.- pregunto Peter mientras nos sentábamos.

- Chicos, tengo que decirles algo importante para mi. Quiero compartirlo con ustedes.- dijo.

- Ve al grano papa.- dije enojada.

- Bien, he encontrado a una mujer que pudo cerrar las heridas de mi corazón, yo ame mucho a su madre pero las cosas ya pasaron y no hay vuelta atrás, quiero que venga a cenar este sábado así la conocen.- dijo.

- Eres una basura, mi madre te amo como a nadie en el mundo y tu quieres remplazarla ahora?.- dije levantándole de mi aciento.

- ______ siéntate.- dijo Peter tomándome de la mano y jalándome para que me siente y me calme.

- Hija te entiendo pero me enamore de ella y no puedo sacarla de mi mente ni de mi corazón.- dijo.

- Padre yo te apoyo.- dijo Peter.

Luego me miraron a mi.

- No estoy de acuerdo.- dije y me levanté. Corrí a mi cuarto y las lágrimas empezaron a caer.

No quería ver ni hablar con nadie. Me acosté en la cama y me dormí. Ojalá no despertara en 100 años.

Entre odio y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora