Bitter - C.Y

-unbearable-

Salió de su casa bastante apurada, se había quedado dormida viendo My First First Love por segunda vez en lo que va del año y a causa de ello llegaba tarde a la biblioteca municipal. Eran aproximadamente las seis y cinco minutos y había quedado en encontrarse con Iseul a las seis en punto. Como era invierno, a esa hora de la tarde la luz artificial que salía de las farolas remplazaba la luz natural del día. Su abrigo verde subido hasta el cuello junto con su flequillo no la dejaban casi ver, así que a duras penas divisó a su compañera, quién le hizo una seña para que se acercara. No la consideraba una amiga, solo le estaba haciendo un favor, apenas se hablaban.

Iseul, la última semana del semestre había estado enferma y Seyeon se ofreció para darle la tarea y las notas trimestrales, así le caía mejor a la profe y todo el mundo salía ganando. Necesitaba algo con qué complacer a la profesora, ese semestre no había sacado muy buenas notas, habían pasado demasiadas cosas súper turbias. Para que os hagáis una idea, la de francés quedó embarazada y vino un sustituto que según sus compañeras está buenísimo e intentan seducirlo. Todas menos Iseul, Shinhye, unas tipas más de las que no recordaba el nombre, y ella. El caso es que se rumorea que Hyojoo y el tienen algo.

Diréis, ¿y qué tiene que ver eso con ella?

Bueno, ella y Hyojoo son primas. Llevan haciéndose la vida imposible desde que tienen uso de razón a pesar de no saber porqué. Probablemente porque son muy diferentes la una a la otra.

El caso es que ha tratado de reiteradas maneras pillarla infraganti fallando abismalmente en el intento, por desgracia. Se ha saltado clases, la ha perseguido algunas veces cuando salía de casa y ha intentado acceder a su móvil sin éxito.

Y todo eso para vengar el hecho de qué le hechó a perder sus queridos Dr.Martens que le costaron una teta izquierda y 4 meses sin comer en la cafetería.

No lo malinterpretéis, ella es la primera persona a la que le desagrada ser agresiva, pero no se podía quedar de brazos cruzados y menos si sus Dr.Martens estaban de por medio.

Volviendo al tema, después de una conversación con Iseul que consistió en quejarse de el mierda criterio de los profes al poner las notas y sobre los deberes de mates se encaminó hacia su casa, no sin antes saludar a su vecino, el cuál estaba devolviendo un libro a la risueña bibliotecaria. Su vecino tardaba poco más de 3 días en terminarse un libro y por eso y muchas cosas más ella admiraba a Soobin.

Se estaba congelando las manos, por eso las metió dentro de los bolsillos de lana que enseguida le transmitieron calidez. Pasó por delante de un supermercado y como ya se le habían acabado las palomitas dulces al estar viendo el drama, decidió comprar más. Rebuscó en su bolsillo y el dinero que tenía solo llegaba para comprarse unos cacahuetes dulces.

—Cada día esto se pone más caro. —murmuró mirando sus preciadas palomitas dulces, las cuales dejó en su sitio. Con el paquete en la mano hizo camino hacia al cajero en dónde estaba un joven dormido en la silla giratoria. Tenía las manos cruzadas encima de la barriga, la cual hacía un movimiento de arriba hacia bajo lento, su cabeza estaba echada para atrás recostada en la parte de arriba de la silla, su boca estaba abierta y por la posición en la que se encontraba, su gorra estaba a punto de caer. Se podía apreciar la campana del chico vibrar, estaba roncando, sin hacer mucho ruido. Ella hizo movimientos con la mano delante de su cara, enseguida se sintió estúpida a causa de que tenia los ojos cerrados, ¿como podría verla? Decidió entonces cogerle la gorra para después volvérsela a poner de forma brusca.

—No estaba durmiendo, la pintura del techo se estaba cayendo en pedazos. —dijo rápido.

—Claro, por eso estabas roncando ¿Acaso te pagan por dormir? —dijo poniendo lo que quería comprar encima de la cinta de plástico negro.

—No, pero hay muchas otras formas de despertar a alguien, ¿solo esto? —dijo mientras usaba el lector de código de barras.

—No llevo mucho dinero encima y aquí prácticamente roban a los clientes.

—No te lo niego, 2000 wons por favor y como te has portado muy bien... —cogió un chupachup de fresa. —aquí tienes un chupachup. —dijo con sorna.

—Vaya, qué majo. —dijo de la misma forma. Se encogió de hombros y lo cogió.

La campana de la puerta sonó, dando a entender que alguien había entrado. El frío de invierno acarició las cuatro paredes que los rodeaban y no pudo evitar resguardar sus manos bajo las mangas del abrigo, otra vez. Se giró para encontrarse a un chico de tez pálida y alto que se adentró al lugar dedicando una leve mirada a la chica que lo miraba fascinado. La ropa que llevaba le llamó mucho la atención, no era cara ni mucho menos, pero esa manera de vestir no se veía todo los días. Se lo quedó mirando intentando memorizar todos sus detalles. Seoyeon la experta en moda no podía evitar fijarse en ropas extravagantes y extrañas. Estaba ahí parada como estúpida, solo se dió cuenta cuando el cajero le pasó la mano enfrente de los ojos, sacándola de su trance.

Al salir del súper, se metió el chupachup en la boca, tiro el plástico en la basura de al lado, puso las manos dentro de los bolsillos y se dirigió a su casa en donde estuvo dibujando lo que recordaba de ese chico en su libreta. Eso hacía habitualmente, veía algo que le parecía interesante, memorizaba sus detalles y los plasmaba en una hoja de papel. Tenía una colección de ropa para el invierno, para el verano, el otoño y la primavera. De colores oscuros y otros más claros. De niños y de adultos, eso la sacaba de la miseria.

Helous, esta es mi nueva historia sobre YeonJun. Al saber que debutaban pensé en que habría sobre que escribir y pues salió sta vrga, lol. Esto va estar basado en humor, cosas que me han pasado y más webonadas.

Tengan en cuenta que soy disléxica y hago faltas de ortografía :) :) :) es koña

Miren esto:

z:v

¡ES HARRY POTTER!

En fin, disfrútenlo prras.

-AerinSnow tu patrona, okno.