❝ԌᗋҬiҬ◎ Єทᗋᗰ◎Гᗋᗠ◎❞ ┅ Jikook

🐾01💕

Un pequeño gatito negro con blanco había despertado en una suave y cómoda cama, algo desorientado observó su alrededor, parecía ser una habitación de un niño, su pata derecha se encontraba envuelta con algo suave y le dolía al pisar, recuerdoos de lo que había sucedido momentos antes atacaron su mente en un instante. Se levantó por un momento y se dispuso a bajar, más sin embargo, al apoyar su pequeña y peluda pata, un horrible dolor llegó a su ser.

El lugar en el que se encontraba pareciar ser iluminado por la hermosa mañana, miró en el borde de la cama y concluyó en que se veía realemente alto, por lo que negó bajar y más con su pata lastimada.

-¡No Jimin!, ¡es la quinta vez que lo repito!- se escuchó un ruido muy fuerte, que rápidamente captó la atencion del minino, quien se posicionó en sus cuatro patas, levantando su pata lastimada y sus orejas moviéndose para captar cualquier otro sonido.

-Ya entendí...- algo decaída,una segumda voz se escuchó, Jungkook supo en seguida que a quien le pertenecia era a su salvador. Quería ir a ver que ocurría, sin embargo algo obstruía el paso, aun si pudiera bajar de la cama, sería difícil salir para el pequeño gatito.

Se senté pensando en alguna solución para su pequeño problema, pero antes de actuar una parte de la pared se abrió, parecía ser una puerta, rápidamente se puso en posición de defensa con la mitad delantera de su cuerpo abajo y orejas hacía atrás, no conocia el lugar o los seres que habitaban la casa.

-Oh, despertaste, te traje algo de comer, de seguro tienes hambre- entró un pequeño Jimin con algo en sus manos. El gatito se relajó al vfr su salvador y maulló en alegría cuando se acercó y lo tomó en sus brazos, Jimin colocó en el suelo al pequeño animal y coloco una lata a su lado, Jungkook olfateo y sintió su estómago gruñir.

¡Salmón!, sin esperar comenzó a devorar el delicioso manjar casi llorando de la felicidad. Solo una vez había podido comer de éste gracias a que una anciana que le había dejado comer un poco en el pasado.

-Come con calma, te ahogarás- dijo con una pequeña risa mientras sus dos pequeños ojos desaparecían y se volvían dos medias lunas.

"Tu risa es hermosa" maullo cuando termino de comer.

-Te dolerá el estomago por comer tan rápido- reprochó con alegría en su voz -me alegra que te haya gustado- dijo mientras acariciaba la cabeza y detras de las orejas del minino, provocando que comenzara a ronronear. Nunca nadie lo había tratado tan dulcemente, siempre había personas que le lanzaban cosas tan pronto se acercaba, esta era la razón por la cual Jungkook había comenzado a ver a Jimin como un ángel.

-Jimin, ya es hora- dijo un hombre más alto mientras volvía a abrir la puerta, Jimin asintio y una vez más, tomó entre sus brazos a Jungkook.

Salieron de la casa y Jimin caminó durante varios minutos, mientras hablaba y sonreía cuando Jungkook le maullaba, fue así durante unos minutos hasta que Jungkook comenzó a sentir algo húmedo que caía sobre su lomo.

Miró preocupado al rostro del humano y observó como de sus ojos caían grandes y gruesas lágrimas, con cuidado bajo al animal y se agachó secándose las lágrimas con su brazo, Jungkook se acercó y se frotó en su cuerpo mientras ronroneaba, tratando de alguna manera tranquilizarlo.

-Cuidate pequeño y ya no te metas con otros perros, ¿si?- dijo sorbiendo su nariz y acariciando la cabeza de Jungkook. Jimin se levantó, limpió una vez más su rostro con su brazo y un auto se detuvo frente a ellos, Jimin reconocio a su padre y subió en él.

"Detente, no te vayas, no tú..." Maulló Jungkook tratando de seguirlo aun con su pata lastimada, sin embargo tan pronto el auto avanzó, éste mismo desapareció.

Jungkook caminó lentamente y cojeando durante todo el día tratando de localizar el hogar de su ángel, terminando con él perdiendose calles más lejanas que cercanas.

Solo, con frío y algo de hambre, pasó la noche en un pequeño cartón junto a un basurero. Cerró sus ojos y la sonrisa de su ángel apareció en su mente. Lo encontraría, de eso estaba seguro.