❤ CAPÍTULO I ❤

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Puede que esta historias nunca llegue a las manos de nadie, que sea una más de cientas que rellenan hojas y hojas de palabras que al final acaban en el más anónimo olvido, como los días pasados que quedan en la lejanía.

No tengo pensado explayarme, "lo bueno y breve, dos veces bueno". Por eso, a veces, sin decirlo nunca en voz alta, pienso que la vida no es algo tan maravilloso. Ya describieron en la Edad Media que la vida es solo un paso previo al verdadero paraíso, por eso mismo tenemos momentos de felicidad, como charcos de agua para el sediento que camina sobre las abrasadoras arenas del desierto.

Pero aún vendrán los bohemios, los verdaderos enamorados de la vida, del instante... Y me dirán que la vida si es bella, que soy libre hasta para decidir como morir.

Entonces, si somos tan libres, ¿por qué nos encadenamos a una persona, la mayor parte de nuestra vida? ¿Si tan completos somos y tan individuales como para alcanzar esa felicidad que te hace ver la vida tan hermosa? ¿A caso, además de libres somos masoquistas, que nos arrancamos nuestras propias alas como le haría un niño a una mosca? ¿Por diversión? ¿O por necesidad?

Nos contradecimos a nosotros mismos cada dos palabras, con la facilidad increíble de olvidar el dolor, pero ser incapaces de reconstruirnos tras un duro golpe que desmonta nuestras certezas. Avanzamos solo porque alguien nos enseñó a caminar, extendiendo nuestras manos como niños torpes aprendiendo a andar, apoyándonos en otros o simplemente rezar a una deidad solo por necesidad de culpar a otro si algo sale mal. "Qué humano es culpar a otros por los errores que comete uno mismo".

Supongo que tanta negatividad sobre estas líneas terminará oscureciendo tanto este papel que al final ni una sola letra podrá ser leída, y es que el problema que se expone es que no existe persona que no haya sido herida de muerte emocionalmente, al menos una vez, por la vida y ha sobrevivido solo por diversión de un niño llamado destino, por eso si me dais un momento, sabiendo que explayarme es lo mejor que sé hacer, si por un segundo he conseguido que una parte de mí conecte con ustedes, dejadme contaros esta historia...

La fragilidad de las mentesWhere stories live. Discover now