Domingo 23 de Octubre, 12:37
Quiero responder algo coherente, de verdad que sí, pero ni siquiera puedo abrir la boca. Me digo que tal vez sea esa extraña resaca con la que me he levantado, cosa que en realidad no descarto, pues siento una sensación que lo evoca. Es desagradable y difusa, hace que mi cuerpo se sienta incómodo. El estómago me da vueltas y, pese a que no es dolorosa del todo, es un gran malestar al final de mi débil garganta.
Esta vez me vuelvo a ir al baño, pero para vomitar. Apenas hay contenido en ese vomito, mi estómago está completamente vacío. Es todo bilis.
Cuando salgo estoy dispuesto a hacerle frente al interrogatorio casero que tiene preparado Byakuya Togami para mí, aunque no estoy en el mejor estado de ánimo y mi cuerpo... Bien, digamos que un muñeco de trapo usado está en mejores condiciones que yo. Todavía me siento como si me hubieran pegado la paliza de mi vida, pero aún más cansado. Me podría dormir en cualquier instante, pero nada más sentarme en mi sofá hago todo lo posible por mantener mis ojos abiertos.
— ¿Tú quién te crees que eres, imbécil? No respondes a mis llamadas, me ignoras, y me haces traerte a tu casa de poca monta... Tienes suerte de que sea una persona benevolente a pesar de mi prestigioso status.
Ah, en fin. Tal vez esas no sean las palabras que una persona en mi situación se esperaría, pero yo me las esperaba. Siendo sinceros, viniendo de Togami, esas palabras son un elogio, casi un acto de empatía, y me doy cuenta de que es lo que más necesito en este momento.
Detrás de todo ese ego y esa cara de pocos amigos, sé que en el fondo le importo. No mucho, quizás, lo suficiente como para que me soporte, pero le importo. ¿Cómo no? Aún recuerdo el día en el que le conocí, tenía yo seis años. ¡Seis años! He pasado casi toda mi vida al lado de un ricachón arrogante que pretende hacerme pensar que no soy más que un peón más para que él mueva en su batalla hacia el éxito más absoluto, un éxito que ya tiene garantizado, pero creo que cualquiera que preste atención se podría dar cuenta de que sí, tal vez sea una ficha que mover, pero no un peón. La torre, el alfil... Quién sabe. Quiero pensar que, al menos para él, soy algo más.
— No estoy de humor para que me riñas — consigo decir, llevándome las manos a la sien. Un par de decibelios mas y puedo imaginarme de qué forma me va a estallar el cráneo. — Y... ¿puedes bajar la voz?
No estoy seguro de qué le convence para tomar mis palabras en cuenta. Tal vez mi voz ronca muy bajita, o mi tez tan pálida que parece enfermiza, o las grandes ojeras nuevas debajo de mis ojos. Cuando vuelve a hablar, sin embargo, lo hace en un tono más bajo, pero no tengo fuerzas para mostrarle mi agradecimiento, que parece ser infinito.
— ¿Dónde estuviste anoche? — comienza.
— De fiesta. — Me encojo de hombros.
— ¿Y qué hiciste? ¿Te emborrachaste?
Esa es prácticamente la pregunta que me ha hecho en un inicio. La que no he podido responder antes de que me ganaran las náuseas. Ahora que me encuentro en dudosas condiciones y en dudoso uso de mis facultades mentales, rebusco por toda mi cabeza por algún recuerdo de la noche anterior que me ayude a formular una respuesta.
— No. No que yo sepa... Recuerdo haberme tomado un cubata — contesto con sinceridad —, pero yo no me emborracho con solo una bebida, ¿sabes?
No sé si se da cuenta de lo grave que es la situación, no sé si yo mismo soy consciente de ello, pero veo ese brillo en sus ojos llenos de malicia. Algo le interesa, y quiere indigar en ello más profundamente, lo cual es bueno, pero a mi estado actual no le conviene. No soy capaz de prepararme para la ronda de preguntas que me espera, así que no me molesto. Conozco ese brillo en sus ojos azules demasiado bien, tanto que ya paso de él completamente. A él puede que todas las incógnitas de este asunto le interese, a mí, en cambio, en absoluto.

ESTÁS LEYENDO
レイプ (What We Don't Know) || NaeGiri
ФанфикTras despertarse desorientado en un hotel tras una fiesta la noche anterior, Makoto Naegi decide pasar por alto el hecho de que no recuerda el evento en lo más mínimo. Al menos hasta que conoce a Kyouko Kirigiri, que le hará cambiar de opinión con...