Gustos y Disgustos...

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¿Se supone que a esto vine a la vida? ¿A sufrir? ¿A no parar de llorar? ¿A sentirme peor cada día?







Callisto subió al auto de Jim; era muy espacioso y cómodo. El padre de Callisto estaba  diciéndole a Jim que condujera de manera correcta, respetando todos los señalamientos viales que se encontrase y que se detuviera en en cualquier alto que se encontraran, argumentando que estaba trasladando a su hija. La madre de Callisto le hizo una seña a ella para que bajara el vidrio de la ventana, y ella lo hizo.

-¿Estas segura de que vas a estar bien?- pregunto su madre con un tono de preocuación.

-Sí.

-Creo que es una fantástica oportunidad para que veas a tus amigos, e intercambien chistes o algo así- Callisto rió- ¿Que te causa gracia?- dijo su madre arqueando una ceja.

-¿Vamos a "intercambiar chistes" mamá?, ¿Enserio?

-Bueno, si no se entretienen con eso ¿Que hacen tus amigos y tu para pasar el rato entonces?

-Pues no se... ¿Charlamos un poco? ¿Verdad o reto? ¿Baile?

-Eso suena un poco extraño, pero si así se divierten no tengo problema. Ademas, es algo sano que no pone en riesgo su salud o su integridad- dijo su madre sonando muy sobreprotectora con su hija.

-Bueno Jim, dejo en tus manos a mi hijita. Cuídala mucho, y sobre todo ¡Diviértanse!

-Muchas gracias, nos vemos en un par de horas- dijo Jim sacudiendo el brazo en forma de despedida. Acto seguido entro al auto y avanzo en linea recta. Callisto pudo ver a sus padres abrazados en la acera, y notó que su padre le hizo a Jim una seña que expresaba que confiaba en el. Jim sólo asintió y saco su mano por la ventanilla para despedirlos. Callisto miro a su madre por el espejo y su madre sonriente le hizo un gesto muy animoso, y grito: ¡Diviértanse muchísimo y no lleguen tarde!

Callisto se sintió muy avergonzada por esa escenita que le habían montado sus padres, y lo único que pudo hacer fue hundirse en el asiento.

-Lamento todo ese discurso sobre vialidad que te ha dado mi padre- Jim sonrió y bajo un poco la mirada- De verdad que es un exagerado en este tema de la seguridad y eso...

- No te preocupes, no pasa nada. Nunca viene de mas alguno que otro consejillo que me de tu padre, ¿eh?- dijo volviendo la vista hacia el camino.

-¿Consejillo? Creo que le falto poco para sacar su reglamento de transito y vialidad- dijo poniendo su mano en la frente.

-Hey, no es para tanto; ademas, tiene razón.

-¿Eres un maniático roba chicas tras un volante?- dijo riéndose.

-¿Eso piensan tus padres de mi?- tocó su pecho, pareciendo ofendido.

-¡Por supuesto que no!- no pudo contener su carcajada, pues Jim era realmente gracioso- no, no y no. Solo que les robaras a su "pequeñita".

-Wow. Pues yo me refería a que tienen razón en que eres mi responsabilidad.

-¿Ah si? Sabes que yo me puedo cuidar sola, ¿no?

-Nope. Eres una pequeñaja.

-Tenemos la misma edad, ¿Estas consiente de eso?

-Pero tu mides como dos metros menos que Perdiz o que yo- dijo sentándose mas erguido para parecer más alto.

Una Noche EstrelladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora