No es amor [OS MLB] ×Ft LupitaHaibara.

Capítulo Único

Lunes por la mañana en la ciudad del amor, el día parecía ser de lo más animado, todo gracias a que precisamente era catorce de febrero, el día de todos aquellos que se encontraban enamorados, un gran festejo para todos los ciudadanos, niños, jóvenes y adultos.

En la preparatoria Françoise todos los adolescentes aprovechaban para confesar su amor a la persona que los traía prensados, otros simplemente se dedicaban a pasar tiempo con quienes eran sus parejas, un día totalmente perfecto y especial.

—Tenemos que ir a clases...—murmuró cierta rubia. —Alguien podría venir y descubrirnos.—Sonrió ladinamente mientras buscaba como sostenerse en uno de los estantes de aquel cubículo. —El conserje podría aparecerse en cualquier momento…

Él tomó el rostro de la chica entre sus manos.

—¿Y qué más da que nos atrapen?—besó furtivamente los labios de la dama rubia.—¿Es que acaso tienes miedo?

Levantó una ceja esperando por una respuesta de la chica que al final no llegó, bajó sus manos a la pequeña cintura de Chloé arrimándola a él.

—No sabes cuánto deseo estar contigo.—llevó su rostro al perfumado cuello de ella resiguiendo  el dulzón aroma, grabándolo en su mente.—Eres mía Chloé...Solo mía, que nunca se te olvide.

El hombre sonrió para luego capturar sus labios en un ferviente beso que gritaba cuanto era de su propiedad.

—Me gusta como suena eso, mientras estés para mí siempre.—Apartó un mechón que caía sobre su rostro.—No quiero tener que compartirte con nadie mas.—Arrugó la frente al decir aquello.—Desde el primer momento que te vi lo supe.

Ella fijó sus zafiros en las gemas de aquel frente a ella, depositando un casto beso en sus labios.

—Yo tampoco quiero compartirte con nadie más.

Ambos se miraban con deseo, la tensión pasional se hacía más fuerte conforme los segundos pasaban, siendo interrumpidos por unos insistentes toquidos en la puerta.

—Mierda—.Suspiró con pesar—Hora de irnos.

Él rodó los ojos, esa era siempre su señal para dejarla ir hasta que otra oportunidad se les presentara.

—Te veo después bonita.—La besó una última vez y le hizo una seña para que saliera.—Ve tú primero.

La rubia asintió, no sin antes darle un beso en la mejilla.

—Te veo más tarde.—guiñó un ojo en su dirección para después salir discretamente del lugar, topándose con la acusadora mirada de su mejor amiga.

—Tienes que tener más cuidado Chloé, llevo siglos tocando la maldita puerta.—se cruzó de brazos mientras sostenía su furiosa mirada.

—Sabrina... No empieces.—pronunció ya cansada de aquella plática, tomando de la mano a la joven de lentes para alejarse de ahí y así permitir que el de ojos grises saliera sin problema alguno.

—Empiezo,sigo y termino; No puedes hacerle esto a él que tanto te ama.—Regañaba la de lentes deteniendo su andar.

Ella estaba enterada de la situación que vivía día tras día su rubia amiga pero por las lealtad que le tenía no podía ni debía decir nada.

—Date cuenta que estás haciendo algo terrible y si se descubre pueden salir dañados varias personas pero sobre todo te dañas a ti misma.

La de ojos azules soltó un pequeño bufido, tratando de hacer oídos sordos a los reclamos de su amiga, quién insistía respecto al tema.