3 de enero de 1934

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Sí,  me quedé dormida con  el diario en la cara. El mismo joven que ayer conocí me despertó con una bandeja de desayuno. Tras dejarme mi tiempo para desayunar  cómodamente en la cama el volvió junto a mí.

-Dime, ¿Por qué te abandonaron?

-Porque quiero más derechos para la mujer

-Creí que era el único

-¿Tú también quieres?

-Claro que sí,  no considero a la mujer una figura inferior al hombre

-Es injusto que solo el hombre pueda votar para las elecciones y que nosotras nos veamos obligadas a quedarnos haciendo las tareas de la casa

-Estás totalmente en lo cierto

- ¿Quisieras ayudarme a tratar de conseguir los derechos que nos merecemos?

-Parece algo imposible,  pero por intentarlo no pasa nada

-Tenemos que idear un plan... ¿Tal vez hacer una manifestación?

-No funcionaría... ¿Qué dices de ir colgando carteles e ir pintando las paredes hasta que el Gobierno decida hacerlo?

-Eso estaría bien,  pero tendríamos que encontrar más personas. Cubrir la ciudad solo nosotros dos no será fácil

-Mañana mismo traeré a un amigo a la casa,  él opina lo mismo sobre el tema. Mientras tanto deja que te enseñe la casa.

Nos levantamos y pasamos la mayor parte del día viendo la casa. Las escasas horas restantes las pasamos jugando a las cartas y otros juegos a los que me enseñó a jugar.

Aquella mujer que cambió la historia(Jin y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora