La Hermandad del Ojo Dorado.

Los Cazadores de la Hermandad.

- Oh, padre, dios de luz y justicia, bendíceme con tu protección, y permíteme ser el avatar de tu divina retribución, oh, padre de los cielos, permite a este fiel servo ejercer tu voluntad.

- Heh, ¿otra vez con tus oraciones? ¿No puedes hacerlo cuando terminemos el trabajo?

- No, mi dios está observando.

- Seguro, lo que digas Desmond.

Ocultos en el suelo, y bajo la luz de la luna, dos hombres armados se encontraban asechando a un grupo de bandidos, quienes se encontraban acampando en un valle, cerca del desierto, uno de los cazadores bajo el nombre de Desmond, vestía con botas negras, unos pantalones de igual color, una camisa azul, la cual cubría con un poncho gris, así como un notorio parche negro en el ojo izquierdo y un colgante de una estrella dorada de ocho puntas; por otro lado, su colega Erick, vestía con botas marrón, pantalones negros, una camisa gris, y un guardapolvos castaño.

- Y bien Desmond, ¿cuál de todos es?

Ante la pregunta, Desmond quito su parche, revelando un ojo dorado, contrastando con su ojo derecho, el cual era azulado.

- Mmm... veamos, el sujeto primer sujeto a la izquierda, el que lleva el sombrero negro, y el tipo gordo durmiendo.

- Así que había otro más, dos demonios y tres humanos, heh, bueno, solo necesitamos las cabezas de esos dos tipos así, aunque...

- Esos tres merecen pagar sus pegados.

- Sabia que lo dirías, ok, a la cuenta de tres.

Con aquellas palabras, Desmond cerro su ojo derecho, posiciono la culata de su rifle en su hombro izquierdo, y apunto a la cabeza del individuo con el sombrero negro, mientras el cazador ajustaba el tiro, Erick desenfundo su revolver mientras que con su mano desocupada buscada un pequeño artefacto redondo en el interior de su guardapolvos.

Una vez listos, Erick dio la señal, Desmond presiono el gatillo de su arma, un resplandor seguido de un pequeño estruendo salieron del arma, la cual disparo un proyectil de punta metálica, la bala se estrelló de lleno en el cráneo del individuo de sombrero negro, el cual se desmorono en un instante, en medio de la confusión, Erick se levanto y arrojo un artefacto a la fogata, el centro de reunión de los bandidos, la fogata se extinguió y junto con ella, un fuerte flash de luz cegó a los tres bandidos cerca del demonio abatido salvo al mismo Erick, quien cerro sus ojos apenas arrojo la bomba de luz. En ese instante, Desmond movió el cerrojo de su arma, cargo una bala, y disparo a la cabeza de uno de los bandidos, el cual cayó al instante, a la vez, Erick, revolver en mato, disparo en el pecho a los dos bandidos restantes, vaciando el cilindro de su arma.

- Un trabajo mas hecho a la perfección, ¿no lo crees?

Declaro con un tono despreocupado a su colega Desmond, antes de disponerse a recargar su arma, aunque aquello fue interrumpido por un feroz rugido detrás de el.

- Erick, grandísimo idiota, te dije que eran dos.

- Oh, mierda.

Habiendo solo cargado una bala, Erick fue envestido por una criatura regordete y peluda, en el suelo, la bestia grisácea comenzó a golpear al cazador quien intentaba cubrirse el rostro con ambos brazos, mientras gritaba a su compañero por ayuda, aprovechando la situación, Desmond cargo una bala más, se levanto de su puesto, y apunto al demonio, disparándole en la cabeza a bocajarro. El hombre lobo cayó con todo su peso sobre Erick, quien, con bastante esfuerzo, se lo quitó de encima.

- ¡Hijo de perra!

Exclamo al aire, para luego apuntar su revolver a la bestia inerte, presionando el gatillo con ira, hasta que la única bala que había recargado salió disparada hacia la criatura.

- Eso es lo que obtienes por ser irrespetuoso a los dioses.

- Oh, jodete.

- Sigue así y los dioses te castigaran volviéndote un muerto viviente.

Escuchando el sermón de su amigo, Erick guardo su arma para luego sacar un cuchillo de su guardapolvos.

- Bien... quien... bueno, ya sabes, a quien le toca hacer el trabajo sucio.

- Ah, lo siento, no llevo mi cuchillo conmigo, iré a buscar los caballos, buena suerte Erick.

Con un gran suspiro, Erick tomo con firmeza el cuchillo, y observo el cadáver de la bestia que le había atacado.

- Espero que la recompensa lo valga.