Ispită

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Bakutodo

Shoto el cuarto hijo del matrimonio Todoroki , nació con un don especial el cual era ver lo que otros no veían, en su adolescencia fue considerado como un demente, ya que en su segundo año de Secundaria había visto como un Demonio habia poseído el cuerpo de uno de sus compañeros y al tratar de explicar cómo ayudarlo, termino llenos con un psicólogo, eso ocasión que su padre Enji y su madre Reí lo tomarán como insulto, ellos si le creían a su hijo eran fieles creyentes, llevaron a su hijo al Vaticano donde al escuchar todo lo sucedido decidieron acogerlo en el templo. Actualmente Shoto cuenta con 25 años quien se convirtió en un exorcista de alta categoria. Desde que fue dejado en el Vaticano no le permitían salir de ahí cada que salia para realizar los exorcismos más complicados, tenia que salir en secrero, ninguno de los sacerdotes había visto su rostro sólo los superiores tenían permito verlo.

Sólo se rumoreaba el aspecto que tenia, dejando eso atras Shoto se encontraba en un pequeño jardín, sentado debajo la sobra de un arbol leyendo nuevamente sobre los pecados capitales que existían, y siempre le había llamado la atención sobre 2 en específico el pecado de Irá y la Lujuria siempre que los leia había cierta igualdad, hasta podria jurar que son la misma persona, pero no tiene prueba de ellos y nunca lo tendria pues aquellos pecados jamas volvieron hacer su aparición al menos no físicamente. Estaba tan metido en su lectura que no se percató de que alguien se le estaba acercando.

- Volviendo a leer ese libro.- hablo repentinamente, el causo que Shoto saltará asustado.

- Padre Adolfo me ha sorprendido, es uno de los que me ha llamado mucho atención.- respondió inmediatanmente.

-Sobre el pecado de la ira y lujuria ¿cierto?.

- Si, sigo sin poder entender porque los describen de la misma forma, sólo cambia en sus delitos cometidos.

- Algún día encontrarás las respuesta, estoy seguro pero no te involucres tanto sabes que el padre Arturo se enojara si ve que estas demasiado involucrado en esto.- Advirtió con un suave tono de voz.- eres el más joven de este templo.

- Lo se, aún así no puedo evitarlo pero digame ¿A que se debe su visita? es muy raro verlo por aquí.- pregunto respetuosamente

- El padre Arturo desea tu presencia, Ponte tu velo habrán otras personas en esta reunión.- Informo seriamente

- De acuerdo en seguida ire.

Sin más que decir el Padre Adolfo se retiró y Shoto se dirigió a su recamara para ir por aquel tapado que le habían hecho para tapar su rostro, pues el templo quería mantener su rostro en total secreto, la razón pues ni el lo sabia. Después de unos minutos se dirigió a un salón en donde siempre acudía cuando habían que realizar un exorcismo, pero nunca le habían pedido que se tapar la cara en esas reuniones, pues los unicos que podian entrar era el y los padres superiores.

Se adentro al salón saludando a todos los que se encontraban dentro, una vez se sentó comenzó toda la discusión del porque se habían reunido, que para sorpresa de todos era completamente imposible.

- ¿Tengo que salir he ir buscarlo?.- Shoto pregunto repentinamente.

- Es así joven, el mismo nos escribió un mensaje el las paredes de nuestra iglesia.- respondió un hombre que aprentaba unos 40 años.

- ¿Pero como supo de su existencia?, básicamente su identidad es secreto nadie ha revelando nada.

- Aún no lo sabemos, pero lo averiguaremos. Shoto alista tus cosas iras a esa misión.

One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora