Chocolate

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Katsuki además de la comida picante era amante del chocolate no importaba de que fuera, si era amargo, dulce, con leche, con alcohol o que tuviera relleno, siempre y cuando tuviera chocolate era feliz.

Las clases eran muy aburridas ya quería salir e irse a dormir, pero no podía pues aun faltaba unas cuantas horas más, cuando termino la clase, el profesor informo que tendría una reunión y tendrían periodo libre más sin embargo nadie podía salir, Katsuki aprovecho para ir con su novio y recibir un poco de mimos, Shoto se encontraba hablando con su grupo de amigos cuando vio que su novio se acercaba dejo de prestarles atención y enfocarse solamente en katsuki, y antes de que preguntaba que sucedía este se sentó en su regazo y rodeo su cuello ocultando su cara en el cuello de este, con esa acción Shoto comprendió que Katsuki quería que lo mimara, Todos se les quedaron viendo un poco sorprendidos, pues aun era raro verlos así, sobre todo con Katsuki quien literalmente se convertía en otro, cuando estaba con su novio.

Shoto, tengo hambre quiero chocolates. - hablo bajo, separándose y viéndole con un pequeño puchero, que casi derrite el corazón de Shoto. Sin embargo, él no podía hacer nada pues no podía salir del salón.

Lo siento Katsuki, pero no puedo salir del salón, podrían castigarme. – hablo apenado acariciando su mejilla.

Por favor Shoto, quiero chocolate. - suplico nuevamente.

Que no, me van a castigar. – negó.

Shoto. – susurro meloso

No. – volvió a negar, con el ceño fruncido

Por favor. – suplico

NO.- negó enojado.

Grave error, Katsuki se le cristalizaron los ojos, sus amigos quedaron horrorizados y Shoto pues el simplemente quedo en shock era claro que ese no era el resultado que quería así que entro en pánico, abría y cerraba la boca para articular alguna oración y corregir su error, pero en cambio Katsuki lloraba en silencio con la cabeza gacha y en un dos por tres le grito.

¡Shoto idiota, vete a la m*****! – y se separó de él saliendo del salón importándole poco si lo castigaban.

Todo el salón quedo en silencio no sabían que hacer, miraban con a su compañero que seguía en el mismo lugar, con su cara totalmente sorprendida, cierto pecoso decidió romper el silencio que se había formado;

T. Todoroki-kun cal…- y hasta ahí había llegado, pues el mencionado salió corriendo.

Lida ni siquiera podía hace algo pues no sabía si reportarlo o no, por otro lado, Katsuki se encontraba fuera de las instalaciones de la U.A. y a saber como le hizo para salir sin ser visto, caminaba por el parque en el que paseaba muy seguido con su novio, se sentía un poco mal pues le había gritado a su novio por un antojo y sobre todo enfrente de sus compañeros, eso sí que era humillante y hasta cierto punto vergonzoso.

Un poco más calmado se sentó en una de las bancas debajo de un árbol, amaba ese sitio en ese lugar Shoto había confesado sus sentimientos, nunca olvidaría ese día porque su novio casi congela e incendia el parque. A lo lejos escucho pasos apresurados, ya sabía quién era. Dirigió su mirada a la persona que se aproximaba a él, una vez llego paro en seco, coloco sus manos en su cintura y trato de regular su respiración.

-S. Sabía que te encontraría a. aquí. – hablo con dificultad por la falta de aire.

- no era necesario seguirme ahora los dos seremos castigados. – hablo tranquilo.

- eso ya no importa, perdón por lo de hace rato, pero no creí que en verdad querías comer, sobre todo por el tono de voz. – respondió más calmado.

- Tranquilo, ya no importa mejor regresemos. – dijo mientras le extendía una mano a Shoto.

Quien gustoso acepto, y si Katsuki no se hacía tanto del rogar, pero era porque sabía que podría sacar provecho más adelante, cuando regresaron a U.A ambos fueron castigados, limpiando el salón todo un mes.

Shoto aprendió dos cosas:

1.Nunca negarle nada a Katsuki pues no le gustaría ver esos ojos de lágrimas.

2. Su pareja era totalmente manipuladora.

Porque pues simple, Katsuki hizo que a la hora de almuerzo le comprara su comida más unos chocolates, pero Shoto como recompensa le compro todos lo que había en la cafetería y claro el dinero no era problema, papi Enji lo pagaría.

Pero eso no quedaba ahí Katsuki le “obligo” a que todos los días le comprara un chocolate.

One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora