"—Cariño, estás hermosa, no tienes que preocuparte, mi familia te amará. —Le dije que a mi novia al ver esa sonrisa nerviosa en su rostro. Me acerqué a ella y tomando su rostro entre mis manos, la besé.Ella es perfecta ¿saben? No sólo físicamente, su personalidad, Todo en ella es perfecto y me aceptó a mi, de su larga lista de pretendientes, me eligió a mi. Hizo mi sueño realidad y estar con ella era lo que deseaba. Mi novia brilla con luz propia, no hay persona que pueda opacar toda la luz que irradia.
—Lo dices porque me amas. —Consiguió decir entre besos pues no la quería soltar. Prefería perder está tonta reunión familiar y quedarme toda la noche con ella.
—Si no quieres ir, podemos quedarnos aquí, acurrucados, viendo una película o simplemente amándonos.
Ella rió encantada para luego darme un beso de piquito y dar media vuelta, dirigiéndose a la entrada de la casa.
—Me presentarás a tu familia, no podemos quedarnos. No quiero quedar mal.
Bufé enojado, yo en serio prefería quedarme aquí. Pero algo en su voz me alertó y quise saber hasta donde llegaría con esta farsa.
La ayudé a subir al auto, pues tenía un vestido ceñido y no quería que se sintiera incómoda. Cuando estuvo sentada, la besé de nuevo y cerré la puerta, para ir a mi lugar.
En todo el trayecto vi como movía sus manos, cosa que hacía cuando estaba muy nerviosa y eso me extrañó, pues ayer que le había preguntado me había dicho que no estaba nerviosa por conocer a mi familia, ¿Qué había cambiado? Empecé a ponerme nervioso,no quería que nada malo pasara entre nosotros pero quizá ella estaba enojada o decepcionada y no sabía cómo decirme. Empecé a conversar con ella, de la Universidad, el trabajo, su familia, todo. Sólo quería escuchar su voz y darle un poco de tranquilidad.
Llegamos al lugar donde viví mi infancia, ayudé a mi novia a bajar del auto y entramos a la casa. Había música instrumental con volumen moderado, familiares esparcidos por todo el lugar.
A lo lejos vi como mi madre me miraba para acercarse a mi. Sutilmente, le avisé a mi novia, quién volteó a verme aterrada. Y pude leer sus dudas en sus bellos ojos, ¿qué pasa si no le agrado? Sonreí, la atraje hacia mi y la besé de nuevo. Hablamos con mi mamá alrededor de media hora, ella estaba encantada con mi novia y no había parado de hacerle preguntas.
Todo iba bien, pero sentía a mi novia aún muy nerviosa, ¿qué la tenía así? Con mi madre ya había hablado y todo había salido bien.
Pero fui muy observador y noté como empezó a sonreír y me di cuenta que la causa de su sonrisa era mi hermano. Un dolor desgarrador se formó en mi, yo dándolo todo por ella y ella le sonríe a mi hermano. Y ¿quién puede asegurarme que sólo sea así con mi hermano? Quizá hasta coqueteo con alguien más, ¡Maldita perra! Odio estar enamorado de ella, es una hipócrita, finge amarme cuando anda detrás de otra persona.
Mi hermano llegó con nosotros, nos saludó y a ella le besó la mejilla, eso solo incrementó mi furia. Cuando mi hermano se fue, tome del brazo a mi novia, con fuerza; quería que sintiera el dolor que yo estaba sintiendo.
—¿Por qué le coqueteas a mi hermano? —Ella bajó la mirada lo que me enfureció más. —Debes verme cuando te hablo, maldita sea. Mírame, ¿qué sigue ahora? Te di todo y tu me pagas siendo infiel. Ya lo sabía, ere una maldita zorra y yo caí como estúpido en tu juego. ¡Vamos, hablemos afuera! ¡Hablemos afuera he dicho!
Pude ver a mi madre ir tras nosotros pero cuando salimos de la casa cerré la puerta, enojado. Seguía arrastrando a mi novia hacia el auto. ¡Maldita sea, caí en su juego!
—¿No dirás nada? ¿Piensas dejarme por él? Pues no lo permitiré. —De la guantera del auto saqué una pistola y le quité el seguro. Mi novia grito llena de terror al ver como llevaba el arma hasta mi frente. —Si pensabas dejarme no podrás hacerlo ahora, mira lo que haré. Te amo tanto que me mataré. Sí, disparare y me perderás para siempre... ¡Diablos, no lo puedo hacer! Te amo tanto que me da miedo perderte, por eso te controlo, es porque te amo y eres todo lo que tengo.
Guardé el arma y bajo la luna, arranque el auto con dirección a nuestra casa. En el recorrido recordé de nuevo como mi novia le había coqueteado a mi hermano, el enojo volvió a mí y cuando escuché como su celular empezaba a vibrar y como ella intentaba ocultar el celular, supe que algo intentaba esconder. Estacioné el auto cerca de un terreno vacío.
—Dame el celular. —Ella sólo me vio de reojo y escondió más su celular. —¡Qué me des el celular!
Ella se sobresaltó y temblando me entregó el celular, era un mensaje.
¿Estás bien? ¿Mi hermano te ha hecho algo? ¿Dónde estás? Iré por ti enseguida.
—¡Carajo! —Grité enojado mientras tiraba el celular, volteé a ver a mi novia y la vi encorvada, eso me enojó más. Intenté calmarme, respirando profundo pero no funcionó. Una idea cruzó por mi cabeza y lentamente estiré mi brazo hasta tocar con la palma de mi mano la parte posterior de su cabeza. Ellas volteó a verme y cuando sus ojos conectaron con los míos, con fuerza estampe su cabeza contra el tablero del carro; repetidas veces y con más fuerza, hasta que ella dejó de luchar".
—La dejé en ese terreno, creí que estaba muerta y el enojo no me dejó comprobar nada. Me fui de ahí para luego, días después ser notificado que sería enjuiciado por maltrato. En el juicio descubrieron que sufro el síndrome de Otelo y fui redirigido a este lugar. —Así es como concluye la historia de Brandon. Y es algo que me deja impresionado. En este manicomio hay muchas personas que deberían estar en la cárcel pero debido a cuestiones mentales son mandados aquí.
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Verdugo Mental
Mystery / ThrillerHabemos personas que tenemos un verdugo que está decidido a cortar nuestras cabezas. Pero, ¿quiénes pueden escuchar a nuestro verdugo? Él está ahí, siempre presente, esperando el momento adecuado para utilizar sus artimañas y envolvernos en la confu...