Principio de Vida

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Señoras y señores aquí empieza la que sería una última y única historia, donde los secretos serían revelados por crueldades aún mayores que una traición de un ser querido.

No hablamos de una historia dramática, si no de una trágica, aviso para que el corazón se preparé aunque no todo sea sufrimiento, es divertido ver como la empatía humana cobra forma con aquellos que lo merecen.

Y quien avisa no es traidor, aunque mejor no tener una idea clara sobre de quien puede ser.

Dicho esto nos centramos en una ciudad en época medieval.

Donde la mujer no tenía muchos derechos y los hombres solo servían a unos necios con un pensamiento de guerra que los llevaba a hacer cualquier cosa por tener una espada en sus manos y mancharlas de sangre, como malditos perros de caza.

Y en todo eso, en un reino, justo al lado del puerto, escondido en unas calles poco fiables, estaba un antro donde un principio empezaba.

Y ella misma pensaba...

Viendo como la miraban....

-Vamos a ver... -Un hombre alto, algo maltratado por la edad pero aun así joven, con aires de altivez me habló con voz grave. –Muéstrame tus dientes. –Antes de que yo pudiese abrir la boca con sus manos me forzó para mirar. –Bien, los tienes todos... -Observó mi cuerpo desnudo, pero me daba igual. –Esta delgada pero tiene buena delantera y la cadera bien formada, es albina pero siempre podemos ponerle una peluca o sacarle provecho, ojos azules que siempre van bien... -Dictó a un joven que escribía con rapidez, yo le miraba con algo de pereza lo que pasaba, me da igual lo que es de mí... Estoy cansada. –Virgen seguro, ¿no?

-Sí, lo es... -Habló el otro hombre, aquel que me trajo aquí. ¿Hice bien en confiar en otro?

-Bien, pagarán mejor o al menos el primero pagará la fortuna de su vida...

-Pero que guarde su nombre original. -¿Nombre original? Que estupidez... -Mirajane.

-Bien así será. –Se giro para verme una vez más. –Querida bienvenida a la prostitución.

Y eso es lo que soy....

Pero hoy en día, después de unos cinco años, se puede decir que estoy orgullosa de ser la que más propinas se lleva.

Solo tengo que sonreír, fingir que son los mejores y ver como sus ojos se llenan de devoción por mí.

Como si fuera una diosa que pueden tocar, aunque eso si, por un alto precio.

Aunque no soy la única, si soy la Diosa Albina. Minerva, es mi mayor contrincante en esto incluso escogió ese nombre de una diosa solo para que nos pongan al mismo nivel. Patético.

-La primera habitación es mía. –Me dirigió la palabra con su típica voz irritante y con su pelo de dos coletas en forma de bola, como le gusta ir oriental...

-Con la crisis no se pueda hacer nada, van a lo más barato. –Minerva me sonreía con su destacado orgullo.

-Entonces irían a Cana. –Me contestó susurrándome. –No te pongas molesta, seguro que cazas algo. –Y se fue dejándome la palabra en la boca.

Me puse tras la barra para servir y así tener más posibilidades de aprovecharme de algún fanfarrón y sacarle unos cuartos, sin duda mi mejor táctica.

Pero esta estúpida guerra me lastima mi recompensa, no seré capaz de tener horas libres y comer dulces si no soy requerida...

Aunque hay veces que la vida te sonríe, como cuando cuatro soldados o mejor dicho caballeros entran aquí esperando ser atendidos, aunque siempre hay lobas cerca.

-Perdonen, solo queremos que esta persona tenga una hora deliciosa. –Hizo pasar a un caballero por delante del que habla, todos sacaron su casco menos el señalado. –Se ha estado comportando muy bien y queremos lo mejor de lo mejor, estamos dispuestos a pagar el doble.. –Menos mal que no me pille la hora de antes.

El jefe al oír el saco de monedas no dudó en señalarme.

-Sácale todo lo que puedas. –Le escuche antes de llevarme a aquel caballero.

Silbidos y mucha alegría llevaban, Él que tenía cogido era virgen seguro, una pena que la jugada de sus amiguitos les fuera a costar más caro de lo normal....

Mi cuarto estaba preparado para ser usado y nada más hacerle entrar noté como debajo de la armadura sus nervios.

Pobre animalillo.

-Venga acabemos cuanto antes. –Cerré la puerta. –¿Te sacas todo eso? –Me referí a su armadura de hierro le que cubría entero.

Se negó.

-Oye mira, se que puede impresionarte. –Me fui desnudando. –Me solo serán unos roces satisfactorios. –Ese caballero miró a otro lado. -¿Eres de esos...?

Un caballero con sentido de la justicia, un trozo pan, me conocía la jugada.

-Tranquilo, siempre puedes fingir honor, todos caen en lo mismo. –Le intenté coger una mano pero me la apartó. –Venga, no me hagas perder tiempo, se que estás nervioso.

Escuchaba su respiración acelerada, acercándome pude notar rigidez en sus hombros.

-¿No te excito? –Acaricié su casco. -¿Es eso? –Seguía sin tener respuesta.

-Vístete, por favor. –Su voz me sonó rara, era como si intentarán hacerla grave.

-¿Eres gay? –Me reí al ver cómo me miró fijamente. –Si no es eso, que nos lo impide, es solo un juego, no te haré daño.

Volvió a no responder y giró su rostro.

-Quedará entre nosotros, da igual si eres malo en esto. –Lo noté nervioso y se fue unos pasos hacia atrás.

-¿A nadie?

-a nadie. –Vi como se sacaba el casco dejando una melena rojiza.

-eres gay.... –Me reí pero al girarse vi que no era gay, ni si quiera un hombre.

-¿Ahora entiendes porque no puedo? –Una mujer con voz dulce pero dominante, esos ojos marrones con toques de granate me costaría olvidarlos.

Pegaron a la puerta.

-No se escucha nada. –Se oyó. -Rezo, tío solo tíratela en nuestro honor.

Y sin querer la ayudé.

La tiré a la cama y empecé a fingir gemidos y dar un ritmo, ella al no saber muy bien se puso roja y cerró los ojos...

Parecía una niña asustada y muy ruborizada.

Me parecía hermosa, no era la primera mujer que pasaba por aquí, pero si fue la primera en sorprenderme, así que como regalo la besé.

Se mantuvo inmóvil hasta que me separé para seguir fingiendo.

-No sabes besar... -Le susurré.

-Yo... no... -Me evitó de nuevo.

-Esto es divertido. –No pude evitar reírme mientras fingía un orgasmo. 

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Nueva historia y ritmo acelerado en un principio,

Espero que os lo paséis bien leyendo y no olvidéis disfrutarla.

Y ya sabéis si no gusta no dudéis en decírmelo o si hay algo que comentar tampoco lo dudeís, estaré leyendo si quereis comentar algo, espero que de verdad os guste.

Gracias por el apoyo y gracias por darle una oportunidad a esta historia, sin más que decir (por ahora) me despido.

Un besazo y hasta pronto. 

Pd. Dentro de un rato estará el siguiente  Capitulo


Honor entre MiradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora