Prólogo

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Todo se ve oscuro, es un espacio completamente nuevo para el rubio pues nunca había estado en su casa, ¿Será por eso que está tan nervioso? ¿O porque le resulta extraño que lo haya citado a estas horas? Es bastante tarde, el reloj en su muñeca marca las 11:27.

La puerta de la casa estaba abierta, al rubio le parece extraño pues su novio siempre se preocupaba por la seguridad y no se iba si no revisaba al menos 3 veces que todo estuviese en orden, el menor descarta la posibilidad de que él se encontrara en peligro y entra pero parece que no hay electricidad, intenta con todos los apagadores que ve en la entrada pero ninguno funciona.
—Perfecto jimin, ¿Fue una gran idea no traer tu celular verdad?— se decía a sí mismo mientras rodaba los ojos pues sabía que al menos con su celular tendría la oportunidad de iluminar un poco su camino, la única fuente de luz es la luna y es gracias a ella que alcanza a ver toda la sangre derramada en el piso y en la pared...

—¿Q-Qué está pasando?— ...sangre que en ese momento, no sabía le pertenecía al dueño de esa casa, a su adorado novio.

Tratando de mantener la calma comienza a llamar su nombre, pero el silencio logra que entre en pánico, creando preguntas en su cabeza...¿Y si le pasó algo? Volvió a gritar su nombre esta vez un poco alto pero nada.
Cada segundo era eterno para él, sus ojos buscan pero no logran encontrar, empieza a decirse a sí mismo que no se preocupe, que todo va a estar bien.
Con su respiración entrecortada sube hasta el segundo piso con cuidado de no caer por la falta de iluminación.

Con cada paso que da siente que en cualquier momento puede desmayarse, la falta de luz hace las cosas difíciles pero eso no impide que el rubio note como la sangre va aumentando cada vez que se acerca más al final de las escaleras.

En un intento fallido de calmarse, diciendo a su adentros que todo estará bien, empieza a sentir una presión en el pecho, ese sentimiento de pesadez, en el que se te dificulta respirar, un sentimiento que te da cuando sabes que tendrás un ataque de pánico.

Al llegar, comienza a moverse a lo largo del pasillo sosteniéndose de lo que resta del barandal y de la pared que le sigue donde apenas y se alcanza a ver el rastro de sangre que lo guía al final. Con su corazón latiendo a mil por minuto, trata de hacer el menor ruido posible a pesar de que no hace mucho empezó a gritar como maniaco su nombre, pero era tanto el terror que sentía en ese momento que su primer reacción defensiva fue el gritar pero ahora encontrándose en esa situación prefirió callarse e intentar no hacer ningún movimiento en falso.

Al final del pasillo logra ver una habitación la cual habría ignorado si no fuese por la sangre que se notaba como seguía su camino dentro de esta, él finalmente logra acercarse y lentamente abre la puerta, asomando poco a poco su cabeza.

Al ver que no había nadie se adentró para sorprenderse con aquel cuarto, !era inmenso! Y no tenía ningún mueble, parecía abandonado, solo se veía un closet al final de la habitación, era lo único que esa tétrica habitación tenía, empieza a acercarse, tiene mucho miedo de lo que pueda haber dentro, camina y camina pero siente que no avanza. El cuarto cada vez se siente más chico comenzando a asfixiarlo, pero eso no evita que continúe hasta llegar.

El rubio levanta su mano con el propósito de abrirlo pero solo la mantiene en el aire, quizá pasaron unos segundos, o tal vez fueron minutos pero no la abre, solo se queda estático, no fue hasta que escucho un ruido extraño provenir del mismo, que fue que regresa de su trance para finalmente abrirlo.

Fue todo tan repentino, un peso muy grande lo toma por sorpresa, tirándolos a ambso en el frío piso donde un lastimado rubio yacía adolorido de la cabeza pues fue ahí donde recibió el impacto, y con un cuerpo inerte sobre él.

•Toxic• {Yoonmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora