Fin de Curso

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La vida en el Instituto es la preparación para la vida real. En ambas nos relacionamos con determinados grupos según nuestros gustos o habilidades. Tenemos clasificaciónes (dependiendo tu popularidad y poder) y a alguien al mando. Donde esas persona a su vez esta bajo el mando de otra.

Solo que en el Instituto puedes hacer lo que quieras y pedir perdón como forma de reparar daños. En la vida real necesitas más que pedir perdón.

Y justo por eso es que me recreminaba mi forma de actuar.

Durante toda mi vida he planeado mi futuro. Siempre supe lo que quería hacer de mi vida. Por ende sabía lo que arruesgaba si vometía un error. O por lo menos hasta hace un año y medio.

Mis notas eran más que perfectas. Y eso me garantizaba el asistir a una buena Universidad con beca. Pero cuando vi a una chica pelirroja y curvas sensuales, todo cambio.

Lydia Martin no solo hizo que me enamorara de ella si no que también fue una premonicióm a lo que se avecinaba.

Ella era muy lista, una genio a decir verdad, y yo competiría con ella por la beca en la Universidad a la que quería entrar. Los dos queríamos ir a Harvard o Yale. Alguna de Elite que nos garantizara el camino al éxito.

Pero más allá de competir, quería que fuera mi novia.

Pero eso era imposible.

Ella a parte de ser una genio, era popular, guapa, carísmatica y simplemente no se fijaría en alguien como yo.

Un Stiles Stilinski, chico nerd y geek, flacucho, desgarbado, sin sentido de la moda e impopular.

Era un cero a la derecha en comparación con su actual novio. Jackson Withemore.

Él cumplia con el cliché de fantasía adolescente. Guapo, atletico, rico, popular, capitán del equipo de Basquetball, un super auto, pero un imbécil en toda la extención de la palabra.

Y tambien la razón de el por que gente como yo, pelea una beca. Ya que como es un niño de papi, sus padres le pagarían la carrera en la Universidad que quisiera, y ocupará el lugar de personas como yo. Sin recursos para asegurar un lugar.

Eso era por lo que me cuestionaba mi comportamiento.

Yo cumplía con todas las normas. Me esforzaba para conseguirlo. Me aseguraba de que nada fastidiara mis planes.

Pero existen personas como Jackson y Lydia. Que se escapan de clase para irse a fietas en la playa, que llegaban tarde o no asistían a la escuela por tener resaca. Y que aun así les iba mejor que a mí.

Por eso quería hacer algo diferente. Quería saber que era el rebelarse, aunque sea un poco. Y poder disfrutar de la vida sin complicaciones. Ser un adolescente despreocupado. Y pedir perdón para después jurar ya no volverlo hacer.

Solo quedaban 5 meses para fin de Curso. Mi último año. Era un buen momento para rebelarme.

Mañana sería el primer día de clases. Volveríamos de las vacaciones de Navidad. Y sería el semestre más relajado que pusiera tener. La primavera y el verano se asegurarían de eso.

Esta noche, es la última noche del ñoño de Stiles.

El Chico de A LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora