capítulo único

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Norman siempre fue muy enfermizo desde pequeño.

Siempre estaba tosiendo o quejándose de algún dolor. Todos los días se veía más pálido que el anterior, pero sus padres nunca pensaron que era algo raro y nunca acudieron al doctor.

Ray era el único que se preocupaba por él. Siempre estaba a su lado apoyándolo en sus decaídas de salud, acompañándolo al médico de vez en cuando para hacerle estudios.

Ambos ya habían perdido la cuenta de cuántas veces tuvieron que extraerle sangre o darle pastillas que nunca funcionaban.

Pero Norman ya estaba acostumbrado

Cada vez que iban a extraerle sangre, tomaba la mano de Ray y se distraía con su suave voz mientras se perdía en sus ojos oscuros cual cielo nocturno. También había adquirido la costumbre de que fuera Ray quien le dijera cuando y qué pastilla tomar, aunque la ingesta sólo durara una o dos semanas al ver que eran inútiles.

Ambos sentían un gran aprecio por el otro, ya que se conocían desde toda la vida.

Ray sentía un gran instinto protector hacia el chico enfermizo, siempre estaba a su al rededor y le ayudaba en todo lo posible.

Norman, por supuesto, apreciaba enormemente las atenciones de su amigo, llegando a sentir algo más que amistad.

Querían estar el uno para el otro constantemente. Recordar cada segundo en cada rincón de sus memorias y corazones.

Se amaban.

••• ••• ••• •••


Ellos creían que era una cita al médico normal. Las de todas las semanas.

Creían que iban a recetarle unas cuantas pastillas, -las que dejaría de tomar una semanas después- le iban a hacer algún tipo de exámen y luego se irían como siempre.

Lo que no esperaban era que está vez sí habría algo importante.

"Tuberculosis"

A Ray se le secó la garganta después de soltar un jadeo al leer la palabra en la hoja. Sus ojos lagrimeaban amenazando con soltar lágrimas de angustia.

Norman ya se lo esperaba. Así que sólo cerró los ojos y se recostó en la silla del consultorio.

••• ••• ••• •••

Tres meses después se esperó alguna mejoría de Norman, que llevaba casi cinco semanas internado después de haber tosido sangre.

Ray lo visitaba todos los días en los horarios de visita. Hacía todo lo posible para lograr que Norman se sintiera cómodo. Pasaban la mayoría del día en esa habitación blanca a veces leyendo, hablando de temas si sentido u otras veces simplemente disfrutaban el silencio y la compañía del otro.

A pesar de que ya se sentían tan cómodos el uno con el otro desde el principio, no podían evitar querer estar cada vez más cerca.

••• ••• ••• •••

Los días seguían pasando y Norman se sentía cada vez peor. Las toses con sangre eran cada vez más seguidas y se veía mucho más pálido.

Ray tampoco estaba mejor. Había dejado de asistir al instituto, preocupado por el estado de su amado. Bajo sus ojos habían marcas púrpuras y su cabello lucía más desordenado que antes.

Promesa // norman×ray; angstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora