renjun era una de las personas más sensibles que jamás jaemin conoció. Era tan agradable poder captar sus reacciones a cada toque, cada palabra y cada emoción pues siempre sería positiva.
Nunca lo dañaria, el mejor quería cuidarlo, mimiarlo y amarlo por sobre encima de todo. ¿Y que mejor que demostrar amor con besos cada vez que pudiera?
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En aquella casa poco iluminada por la oscuridad de la noche se hallaba un pequeño chino acostado en la cama con mala cara, su pequeño ceño fruncido demostrando el dolor que sentía en esos momentos. Tragó saliva abriendo la boca por el calor que emanaba y entraba por su cuerpo, cansado de que la toalla fría en su frente no le aliviara nada se reincorporó en la cama, retiró un poco el edredón del mueble y se puso en pie.
renjun caminaba a paso lento y con mucho cuidado arrastrando aquel gran pijama que llevaba, los pequeños moomins dibujados se veian tristes, al igual que el estado emocional del recientemente adulto.
Su mano fría se chocó con la pared antes de inclinarse levemente hacia adelante para asomarse por el marco de la puerta de la cocina, sus ojos se achinaron y picaron por el repentino deslumbramiento. Sorbió su naricita roja viendo la espalda de jaemin.
Este de veía muy ocupado cocinando de aquí para allá, preparando cosas para sus amigos pues al día siguiente todos tendrían una salida. El chino se sentía mal porque su repentino enfermamiento había arruinado los planes o eso pensaba él, no sólo eso. Quiso irse en silencio convencido de que sólo su presencia sería una carga pesada para su pareja, no quería molestar más el ambiente.
En aquel intento de darse la vuelta su hombro se golpeó contra el mueble del pasillo, afortunadamente sin llegar ha hacerse daño pero el sonido llamó la atención del que se mantenía fuera de la escena.
Una lágrima inconsciente resbaló rebelde por la mejilla del más bajo al sentir los brazos protectores de jaemin rodeandole. Sus pequeñas manos subieron a las suyas contrarias reforzando el agarre.
— no quería molestarte.
Esas palabras hicieron un eco en el pasillo medianamente iluminado por la cocina, la cara del coreano se desfiguró y giró los hombros de su chico para que quedarán cara a cara. Sus ojos se inundaron de la tristeza ajena y negó subiendo sus manos a sus mejillas.
— no digas tonterias, no pasa nada. estoy aquí para cuidarte.
Su pulgar izquierdo se movió ágil atrapando el agua salada antes de que manchara más el caliente rostro del otro por la fiebre.
— vamos, te acompaño a la cama.
Asintió despacio caminando con el otro a su lado sintiendo su corazón algo más cálido pero culpable, tragó en seco controlando esa sensación de vacío en su pecho. El nudo era grande.
No tardaron mas de cinco minutos en recorrer el pasillo hasta la habitación oscura, el menor se inclinó para encender la luz de la lamparita que reposaba en la mesilla alumbrando un poco.
renjun se sentó en la cama y con cuidado se tumbó sintiendo como las manos grandes de su dongsaeng desabrochaban un poco la camisa azul pastel. Sus ojos se movieron lentos hasta conectar con la mirada concentrada del contrario.
— tienes mucha fiebre, si tienes más calor solo hará que suba. Mentente si camiseta al menos en lo que yo traigo una pastilla.
— tengo frío, jaemin...
Habló el chico sobando sus brazos desnudos notando su piel caliente pero con un sudor frío que helaba su cuerpo, definitivamente estaba muy enfermo.
— ¿quieres qué te caliente un poquito con amor, injunnie?
Este asintió con una pequeña sonrisa dejando espacio para que el de pelo oscuro se recostara un poco en la cama de matrimonio, se juntó con él cerrando los sintiendo tan pronto como hizo ese último gesto, los dedos largos de su pareja darle caricias en el brazo que poseia a la vista mientras sus labios daban besos por su mejilla.
La sensación era tan tierna y cegadora que sentía su ánimo subir, la fiebre irse. Y todo al estar cerca de su chico. No entendía como después de tanto tiempo siguiera teniendo las mismas mariposas en el estómago como cuando era más jóvenes.
Su corazón latía conmovido por la cálida sensación de los labios lindos de jaemin sobre los carrillos de renjun.
Se sintió tan mágico e irreal aquella sensación de nublamiento mental que lo mantenía tan relajado en los brazos de quién prometió confíar.
El menor prometió cuidar, proteger y amar al más bajo en altura y lo cumpliría como una meta importante en su vida, porque él realmente no mentía.
jaemin alzó la cabeza dejando un último beso en su mejilla viendo como el joven se encontraba durmiendo, sonrió sinceramente sintiendo como aquella escena tan bonita golpeaba su corazón. Se levantó con cuidado de la cama y apagó la luz.
— descansa mi bebé, te amo.
Y se fue de allí volviendo a su tarea más enamorado de antes ya que podría jurar que de verdad todos los días algo más por el chino crecía. No necesitaba escuchar una respuesta del mayor, porque ambos estaban seguros de sus sentimientos.
Tal vez renjun en medio de su sueño de rosas y soles mientras cogía de la mano a jaemin en una utopía, no escuchó el "te amo"
Jaemin abandonó la habitación sin tampoco escucharlo.
Pero ambos corazones se aceleraron al recordar el rostro del otro en sus mentes e ilusiones.
Ambos estaban conectados y eso nadie lo cambiaría.
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EsToY sOfT. ☁️ Ayuda, ¿qué les parece? Me hallo lloran14. Chicxs, disculpa si hay alguna falta gramatical, está
