renjun era una de las personas más sensibles que jamás jaemin conoció. Era tan agradable poder captar sus reacciones a cada toque, cada palabra y cada emoción pues siempre sería positiva.
Nunca lo dañaria, el mejor quería cuidarlo, mimiarlo y amarlo por sobre encima de todo. ¿Y que mejor que demostrar amor con besos cada vez que pudiera
『,,( ━ Iᥣ mιo ριᥴᥴoᥣo ᥲᥒgᥱᥣo, ᥒoᥒ ᥣᥲsᥴᥱrò ᥴhᥱ ᥣᥲ tᥙᥲ ρᥱᥣᥣᥱ ᥲρρᥲssιrᥱ sᥱ ᥒᥱᥣᥣᥲ mιᥲ mᥲᥒo ᥱ̀ qᥙᥱᥣᥣo dι ᥱvιtᥲrᥱ. ) 』
Aquella mañana normal que transcurría en el instituto de Séoul, el invierno azotaba las calles sin piedad congelando todo aquello vivo por la culpa de la contaminación. renjun sorbió su nariz mientras cargaba los libros en sus brazos caminando hacia la clase de arte. Su camino transcurría silencioso y tranquilo, en su cabeza se repetía una estrofa de una canción que había escuchado recientemente y no podía sacarsela de la cabeza. Esto le recordaba a su novio. Tan bonito, pegadizo e inolvidable, puede que lo estuviera forzando a enlazarlo con él pero no se sentía tan literal. Porque era cierto, pasara lo que pasara jaemin era el primer pensamiento de renjun todas las mañanas al levantar y todas las noches al dormir.
Una voz perturbó sus pensamientos sacándolo de estos, se dio la vuelta siguiendo el sonido de la persona quién lo había llamado y se encontró nada más ni menos que su novio, na jaemin. Cuando sus ojos contactaron el mayor de los dos no pudo evitar dibujar una sonrisa llena de felicidad en un segundo. Ambos se quedaron parados cara cara cuando el más alto de los dos terminó de correr y se inclinó para darle un beso en los labios, los cuales estaban algo doloridos por el frío.
— Oii, hyung tonto. ¿por qué no tienes siquiera una bufanda?
El puchero que pintó en su boca provocó que el más bajo de altura se sonrojara y encogiera de hombros. Una pequeña mueca cambió en su cara al ver como el otro se quitaba su propia bufanda con intenciones claras de querer dársela al chino.
Se apresuró en levantar las manos en una señal de que no era necesario pues que no tenía mucho frío, que era mentira. Tenía frío pero no quería que su novio lo tuviera.
— jaemin, no es necesario en serio.
No le dio tiempo a lanzar más objeciones cuando ya sintió la la lana calentita al rededor de su cuello, rápidamente llevó sus manos a las otras para evitar que siguiera.
— na jaemin, vas a pasar frío.
— me jode más que lo pases tú.
el de más baja estatura dio un saltito dándole con el dedo al menor en la nariz.
— jaemin, no malas palabras o no tendrás besitos.
jaemin rió por eso y se inclinó una vez más para robarle un beso en los labios y reír por la cara de su mayor, el cual apretó sus labios para hacerlo ver feo pero no sabía que con cualquier cara el coreano siempre le vería hermoso como el primer día que lo vio en la biblioteca.
Ambos entrelazaron sus dedos y el mejor se ofreció a llevar los libros del chico mientras caminaban a la clase que les tocaba, para su suerte en esta estarían juntos y podrían sentarse al lado del otro y tener pequeños mimos al final del aula para que el profesor lee no les regañara.
— ¡achus!
renjun se paró en saco mirando fijamente al menor para regañarle con la mirada, soltó su agarre de manos y se dispuso a quitarse la bufanda, las manos grandes del otro atraparon las pequeñas del chino abrazandolas.
— na jaemin.
— na renjun.
arrugó la nariz al ser llamado así sonriendo avergonzado a la vez que dentro de su corazón, ese nombre era su mayor sueño.
— espera, tengo una idea.
Habló el rubio tomando los extremos de la bufanda para llevarla al menor pero sin retirarsela del todo de su propio cuello, tenían la ventaja de que la abuela del coreano la había tejido bastante por lo que su longitud era grande, tal vez a sabiendas de que podrían hacer lo siguiente.
Colocó el otro lado de la bufanda en el cuello del alto dando una vuelta en este consiguendo que ambos estén envueltos.— el problema es que vamos muy juntos y tal vez te sea molesto.
— ¿problema? para mi es el cielo, mi ángel.
renjun sonrió cerrando los ojos abrazándose al cuerpo del grande apoyando su barbilla en el pecho de este mirando hacia arriba con los labios en posición de querer muchos besos y jaemin al notar esto soltó una risa escandalosa y tierna, cerró los ojos y rozó su nariz con la de este antes de dejarle tantos besos en sus rosados labios de corazón, tan fríos y dulces que no podía dejar de tocarlos.
Ignorando que estaban en mitad del pasillo del piso tres, con muchos compañeros pasando por sus lados al igual que podrían intuir que muchos les tenían envidia, no era para menos. Todos los alumnos de ese instituto conocian esa pareja y los apoyaban, eran grandes alumnos, compañeros y amantes.
— señor huang, señor na, les recuerdo que tiene clase de literatura y autores. les pido que dejen sus besuqueos para otro momento y acudan a clase si no quieren tener una falta.
El extranjero se separó avergonzado mirando al profesor y a su novio, este tenía una cara de fastidio mirando fijamente como el docente se disponía a darse la vuelta e irse. Cuando esto sucedió jaemin se volvió hacia el tomándolo fuerte de la cintura y darle otro beso, algo más profundo que todos los anteriores. Lento y bonito tanto así que su cara se tornó como un tomate cuando sus labios se separaron, siendo atacados por el frío.
— tomate-junnie.~
— cállate tonto, vamos a clase.
— ay, ay si mi amor, no te enfades.
Sus manos volvieron a tomarse como si se tratarán de unos imanes que no podían mantenerse lejos, los polos opuestos se atraen y ellos eran la viva prueba de ello.
escribir esta historia
me pone muy soft,
espero que os guste
y lo disfrutéis igual
que yo. 🍅