Feelin' love

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Claramente, estoy atascada. Se a dónde quiero llegar con Fuego Amigo, pero no cómo llegar a ese punto. Así que me siento y no sale. Y esto es un hobby, se supone que tiene que ser divertido (aparentemente si no tengo clanes de las drogas, depresiones post parto y asesinatos con testigos protegidos no me divierto). 

Así que mientras me aclare,si al sentarme a escribir sale otra cosa lo publicaré por aquí. Sin presiones. No es un universo alternativo pero tampoco son teorías sobre lo que sucede o pueda suceder. Es ficción.

Me encantaría que se me ocurriese otra cosa, disfrutaría escribiendo otros personajes pero ahora mismo es lo que inspira. Como sé que no todo el mundo disfruta leyendo esta clase de historias, creo que es prudente  y necesario avisar.  

Espera, lo voy a repetir otra vez es FICCIÓN. 

A propósito de un comentario en la historia anterior, creo interesante comentar también que no intento no juzgar cuando escribo, que aunque tengan una inspiración real, no pretendo imponer mis puntos de vista en estos personajes, sería egoísta y mezquino y para eso ya está twitter.

Perdón, es coña. 

Si me conocieseis sabríais que solo hablo en serio el 10% del tiempo, el  resto del tiempo el sarcasmo es mi norte verdadero y mi forma de sobrevivir.

Si habéis llegado a este punto del relato, sois unos valientes porque menuda turra. Es más, largo palabras para dar tiempo a arrepentirse a quien no quiera leer historias que no sean AU. Podría incluso escribir frases sin sentido para poner a prueba vuestra paciencia. 

Alouette, gentille alouette,Alouette, je te plumerai.

Que din os rumorosos, na costa verdescente, ao raio transparente do prácido luar? 

Puff, ¿seguís ahí?

Ahora sí, arrancamos. 


No la frena en el umbral de la puerta cuando aparece vestida con una sonrisa y poco más. El calor de Madrid combina mal con el recato.

No la frena cuando se quita las sandalias y las deja junto a la puerta con una familiaridad insultante.

Y no la frena, aunque quizás debería hacerlo, cuando se deja caer en el sofá y le enseña kilómetros de piernas con una confianza que sabe que no siente.

Precisamente por eso. Probablemente por eso.

Porque sabe que toda esa confianza de mujer fatal que pretende exhibir es impostada.

También es consciente de la razón por la que está ahí. Con cervezas, que sabe perfectamente que no le gustan y una frase que intuirá que le puede partir el alma.

- De verdad que he venido solo a saludar.

Inclina el cuello cuando lo suelta, como una broma, como un código secreto solo entre ellos dos.

Y los millones de personas que han escuchado su canción claro.

Pero él no puede pensar más que en la curva de su cuello, perfecta para depositar besos suaves y húmedos que se confundan con el sudor de su piel.

One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora