Capítulo 1: Encuentro.

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-Sí, mi señor.- gritó un joven que rondaba los diecisiete.- A sus órdenes.

-Vaya... Vas aprendiendo, chavalote- respondió una voz grave.– Los jóvenes de hoy en día aprenden muy rápido. Flint recoge mis cosas. Me voy. Cuida bien de mi base hasta que vuelva, aunque lo dudo...

Sí, mi señor.-contestó otro. -A sus órdenes.

El comandante Flint agarró una gran caja y recogió todas las pertenencias del hombre:

-¡William!- llamó al primer joven- ¡Ayúdame!

-¡Sí, mi comandante!-respondió tomando la caja que le ofrecía su superior. Este la dejó caer antes de que el chico la pudiese coger, por lo que alarmó al poseedor de los objetos.

-¿Qué os pasa? ¿Sois imbéciles?-les reprendió.- Dejaz de hacer el gilipollas y acabad de una vez.

Flint atravesó a William con la mirada y sonrió de forma perversa:

-Lo siento, mi señor. Aquí el muchacho que parece haber salido un poco torpe.

-¡O-oye! No me metas en l...

El comandante lo golpeó en el estómago, haciendo que su víctima se inclinase hacia delante con gesto de dolor y, acto seguido, levantó la pierna, propinándole un fuerte golpe en la cara y provocando que cayese hacia atrás. Se colocó encima de él agarrándolo por el cuello y volvió a esbozar una desagradable sonrisa:

-Mejor que te estés callado...-le susurró, acariciándole la cara con la mano libre.- No me gustaría que tuvieras un accidente y no volver a poder ver tu linda cara de nuevo...

El joven apartó el rostro, humillado, a la espera de que su superior se levantase. Así lo hizo tras unos interminables segundos, no sin antes volver a acariciarlo:

-Que chico más maleducado.

-Flint...-le avisó el hombre al contemplar la escena- Me parece bien que te encante jugar con tus soldados, pero no delante de mí. Sabes que no seguimos los mismos principios.

-Sí, mi señor. Le ruego disculpe mi comportamiento.-se giró hacia el joven y añadió.- ¿Por qué no vas a tomar un poco el aire? Luego continuamos nuestra charla en mi despacho.

Este asintió y salió de la sala lo más rápido que sus piernas le permitieron.

En otro lugar de la base, otra persona merodeaba por los jardines. Se trataba de una chica de estatura normal, de constitución delgada y ojos de un tono miel.  Llevaba una capa oscura a los hombros y por debajo dejaba entrever una sudadera negra, un pantalón vaquero corto y unos mitones del mismo color que la parte superior. A su espalda portaba una vara a modo de arma.

Todos los que la veían la miraban extrañados, tratando de averiguar quien era, además,  procuraba evitar a los guardias, como si no quisiera contactar con ellos. Vagó fijándose en cada detalle del solar. Se coló en el interior del gran edificio oscuro por una de las puertas traseras. No tuvo ninguna dificultad en noquear a los guardias que dudaban de su identidad y se deslizó por los lúgubres pasadizos como si de una sombra más se tratase. Varios guardias, que aún no habían advertido su presencia, se dirigían hacia ella. Observó a su alrededor y se decantó por entrar en  una habitación aprovechando que la puerta se encontraba abierta. La cerró con cuidado de no hacer ruido y contempló donde se hallaba. La pequeña estancia contaba con un escritorio por el que había esparcidas varias hojas de distinto contenido; una silla de madera y un tablón colgado en la pared. Se acercó a este último y observó los planos que Indicaban cada rincón del edificio a la perfección:

-Veamos... Según el  plano debería seguir todo recto y coger a la izquierda para poder llegar hasta él...

Arrancó el papel y lo dobló guardándolo en uno de sus bolsillos. Se pegó a la puerta tratando de intuir si había alguien al otro lado y la abrió para salir. Continuó su camino por donde le indicaba el mapa y al girar en una esquina se topó de frente con un joven moreno, de ojos verdes, alto y constitución fuerte. Vestía una camisa a cuadros verde, pantalones negros y botas de caña alta atadas con cordones. De su cintura colgaba una daga con extraños símbolos dibujados . La joven se sorprendió al verlo, pero en seguida recuperó su semblante de seriedad. Él la miró fijamente, sin tener muchas ganas de hablar:

Terraperdida (Crónicas de los mundos) (PARADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora