A menudo, cada vez más seguido, siento que me has mentido. Me has dicho que puedo sentarme frente a un espejo y esperar que el comensal gordo pida su "Château Saignant". Me juraste Julio, que en medio de un crucero iba a encontrar un bikini color rojo para ponerme. También has dicho insistentemente, que si se camina despreocupado por la calle, se le encuentra: en un pequeño kiosko, siguiendo una sombra, una mariposa.
Sin embargo, Julio (ya no sé si sos tan querido), me he cansado de recolectar piedritas para saltar por esta Rayuela, el Cielo parece cada vez más lejano y sigo pisando las rayas: ¿mis pies se hacen grandes o los cuadros más chicos?
Lo cierto es que en una madrugada sola, como nunca sola, sin Babs sin un caracol, sin Jazz, ni un cigarrillo... me siento engañada por vos, por tus palabras, por los espacios en blanco entre cada línea.
No es justo Julio, que durante años me enseñaras la belleza de la palabra, para ahora encontrarme con pura tinta y hojas recicladas.Recicladas tantas cosas, el rompecabezas que no volveré a armar porque no tiene esquinas. El calendario que sigue apuntando abril, unos cuentos sin pluma, la colección de tus cartas, un viajero del siglo, un moleskine que no logro terminar, el vacío de las horas, del silencio, la rabia.
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Relatos anónimos
Short StoryUn conjuntos de historias en un solo libro, tanto historias reales como ficticias... Una que otra me ocurrió, una que otra le ocurrió a alguien más. Hay tanto historias apasionadas como adictivas, unas con finales felices y otras... tal vez no tanto...