Por fin tenía el pasaje para Corea del Sur, estaba muy emocionada, por fin estaría más cerca de mi amor platónico, un Idol coreano, hermoso, musculoso, con una voz angelical, su sonrisa tan tierna, el hombre perfecto. Lo único que quería era llegar a verlo de cerca, tenerlo frente a mi. Por eso trabaje duro durante 2 años seguidos y ahorré todo lo que pude para poder ir a su país. Un pasaje sin retorno, tenía dinero suficiente para hacer lo que estuve planeando todo este tiempo.
Prepare mi maleta, me despedí de mi madre y mis hermanas, llamé un taxi y fuí al aeropuerto.
Semanas antes había reservado una casa en las afueras de Seúl, un lugar tranquilo y silencioso, lejos de todo, bien escondido. Necesitaba paz.
Mi vida había sido muy dura desde mis primeros años, nunca pude confiar en nadie, no recuerdo una noche pacífica y segura. Toda mi familia sabía lo que me hacían por las noches pero nadie podía o quería defenderme.
Ya tenía 19 años, por suerte o por desgracia, con el paso del tiempo y con la llegada de mi hermana Sofia, deje de ser blanco de tan crueles y bajas acciones.
Mi pasado marcó mi vida, no sentía amor, compasión o culpa ante nada. Hasta que llegó él, mi amor platónico, él me enseñó a amar, a sonreír, a bailar y cantar, era muy feliz gracias a su música, sólo quería darle las gracias y llevarme algún recuerdo a la tumba.
Soy una chica muy sencilla, no me gusta llamar la atención con mi forma de vestir o mi peinado, tengo la piel blanca los ojos verdes y el cabello negro, largo hasta la cintura. Mi cabello es tan lacio que no puedo hacerme peinados o recogerlo, siempre se me suelta y cae sobre mi rostro, así que siempre llevo una vincha negra. Me gusta mostrar mi rostro, la gente dice que soy muy hermosa y eso me ayudaría a llegar lejos. No uso mucho maquillaje pero siempre me pinto los ojos de negro y marrón chocolate, para que resalten mis ojos verdes esmeralda.
Mi aspecto físico y mi carácter angelical me ayudaban mucho a conseguir parejas casuales, nunca tuve una relación estable, me gusta más el sexo casual, sin compromisos ni ataduras sentimentales. En el sexo soy un poco cruel, me gusta llevar el control y dominar, creo que por eso la mayoría de los hombres con los que estuve no volvieron a llamar. Se asustan y no vuelven a mi. Pero como tengo un aspecto inocente y siempre me comporto como una dama, nadie cree las historias de éstos hombres.
El día que conocí a mi ahora amor platónico lo vi en el celular de una compañera de trabajo, me llamó la atención su voz y su piel tan clara, su forma de vestir y su personalidad sumisa. Quede cautivada por completo. Lo empecé a seguir en el instagram y en Twitter, en YouTube vi todos sus videos, estaba encantada con él. Así pasó el tiempo y cada vez mi obsesión crecía, todo el día pensando en él, en las cosas que le haría, mi mente era muy sucia y me encantaba imaginar que pasaría si estuviera con él a solas. Llegué a tal punto que ya no tenía sexo, no me gustaban los otros hombres, sólo me gustaba estar sola en mi cuarto mirando sus fotos mientras me tocaba y me daba placer con algunos juguetes que compré.
Guardé en la maleta mis juguetes, algunos lubricantes y ropa muy sexy, quería estar preparada por si acaso.
Llegué a Corea esperanzada, tome un taxi y fuí directo a la casa reservada. El lugar era perfecto, pacífico y alejado de todo. Ahí preparé el escenario perfecto para el encuentro tan esperado. En una mesa puse mis juguetes, lubricantes, mordazas, esposas y sogas. En otra mesa tenía cuchillos, sacacorchos y otros utensilios de cocina. Limpié la casa a fondo, cuando termine me bañe y me acosté a dormir. Me esperaba una semana dura y larga, conseguir llegar a él me sería muy difícil, así que lo tomé con calma y con frialdad calculé cada jugada.
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Mi obsesión
FanfictionPor un amor platónico somos capaces de tantas cosas, pero serías capaz de terminar de leer mi historia? No te preocupes, ya no puedo hacer más daño. No leas si eres sensible, cosas muy feas pasaron en esa cabaña.