El elevador.

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Desperté al día siguiente muy feliz porque era el día que estuve esperando por casi 2 años. Entre pasillos había escuchado que los chicos irían directo a casa después de la clase de Ingles, así que tenía una sola oportunidad.
Ese día me maquillé delicadamente, me puse color rosa en los párpados y en los labios, para combinar con mi nuevo vestido, tengo la piel tan blanca y el cabello tan negro que el vestido me quedaba perfecto, me puse unos zapatos altos color rosa, ropa interior pequeña, me puse perfume y me dirigí a la empresa.
En la cabaña había dejado todo preparado para que al entrar ya nadie pudiera salir, tenía insumos y provisiones para toda la semana, le compré a mi amor una ropa muy bonita que combinaba con mi vestido para que al llegar con él se cambie y nos tomemos una foto de pareja.
Llegamos al mismo tiempo con los chicos a la empresa, me vieron estacionar el auto y me esperaron en el elevador para subir juntos. Cuando caminaba hacia ellos hice un pequeño show de modelaje bromeando y les pareció muy gracioso, necesitaba ganarme su confianza y siendo graciosa lo estaba logrando. El elevador era un poco pequeño y estábamos todos cerca, estuve por unos segundos parada muy cerca de él, se me notaba un poco nerviosa así que dije que le temía a los espacios pequeños y empezaron a contar chistes para que se me pasara.
Llegamos a la oficina y empezaron a leer las poesías que les había dejado de tarea. Eran muy buenos escribiendo, pero la poesía de mi amor me dejó muy intrigada, no era lo que esperaba de él después de haber escuchado su hermosa música, no contenía sentimiento, en realidad escribió una poesía de ruptura, era amarga, triste y no era lo que yo pedí que hicieran. Me molestó mucho, algo dentro de mi quebró en ese momento. Pero cuando lo vi ahí sentado frente a mi con la camisa medio abierta y la clavícula que se dejaba ver tan delicada y sexy no me resistí y mi enojo se esfumó. Era imposible enojarse con él siendo tan guapo. Ya no podía pensar en otra cosa que no sea morderle el cuello y saborear su piel perfecta.
Terminó la clase y cuando estaban saliendo le dije que espere, me acerqué a él y le pedí que volviera a hacer una poesía pero ésta vez exacto como lo había pedido. Fue solo una excusa para acercarme lo suficiente como para robarle el celular. El me sonrió y me dijo que se esforzará más para tener mi aprobación. Me derretí con sus palabras, no quedaba duda que esa noche sería mío, mío para siempre.
Bajé rápido detrás de ellos para poder seguirlos y así saber donde vivían. Subí al auto y me mantuve a dos autos de distancia todo el camino, cuando se estacionaron vi que solo bajaron 3 a la casa y los demás siguieron su camino, entre los que bajaron estaba mi dulce amor. Esperé fuera de la casa escondida deseando que mi plan diera resultado. Como 20 minutos más tarde lo vi salir solo y un poco desesperado, así que salí de mi escondite y me dejé ver, hice una expresión de sorpresa y lo saludé, se veía muy preocupado así que le pregunté que le pasaba, me contestó que perdió su celular, fue ahí que aproveché y le dije que seguramente lo había olvidado en la clase, me ofrecí a llevarlo ya que tenia que volver por unos papeles, aceptó y entró a la casa a avisar que iba para allá a buscar el celular, nunca supe si les avisó que estaba conmigo o no.
Subimos al auto y le pregunté sobre su trabajo, yo sabía todo de él pero solo lo estaba distrayendo para que no se diera cuenta que estábamos yendo por otro camino. Cuando se dio cuenta le dije que me olvide de algo importante y que no tardaríamos pero me di cuenta que estaba un poco nervioso así que continué con la conversación. Poco importaba si se daba cuenta o no porque ya estaba en mi poder, lo tenía encerrado en el auto y estaba yendo rápido, no podía escapar.
Cuando llegamos a la zona boscosa me preguntó ya con la voz quebrada "¿porque vinimos a éste lugar?" Le volví a repetir lo que ya le había dicho, pero ya no lo convencí, me pedía repetidas veces que lo dejara salir que pare el auto para que pueda bajar, estaba ya desesperado y me puso tan nerviosa que estacione a un lado de la carretera, le di un golpe en la cabeza y quedó inconsciente.
Llegamos a la cabaña. Seguía dormido. Yo estaba feliz, por fin lo tenía conmigo. Me costó bastante trasladarlo al sótano, pero pude hacerlo y atarlo justo antes de que despertara.

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