la madre de jose

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ALBA.

-oh vamos aclaraos de una vez- refunfuñando hablaba joan desde una esquina de la mesa.
- mirar no me toquéis más el coño aquí se hace algo , ya están los días puestos que cada uno se las arregle como pueda y ya está pesados- gritaba Maria por encima de todas las voces.

Notaba tus caricias en el dorso de mi mano, la cual habías acostumbrado a coger por debajo de la mesa. Mientras dejabas caer tu cabeza sobre mi hombro. Tu ya te habías enterado desde el principio de todo el plan, y simplemente no te interesaba saber más.
Estabas tranquila y feli, y hoy contigo también.

El sol te daba por la derecha, pero llevabas las gafas de sol puestas, y mirabas al frente , sonaban de fondo canciones del canto del loco que Maria áfrica y yo cantábamos despacio.
Gire mi cabeza y contemple tu perfil, estas guapísima con aquella camisa hawaiana abierta y el bañador aquel negro por debajo.
Ya íbamos de camino a la playa , nosotras cuatro en tu coche, y los demás estaban en otros repartidos.

- la madre de jose me esta volviendo locooo!!! Que culpa tengo yo si esa puerta no la había abierto!!!-cantaba Maria desde la parte de atrás del coche al ritmo de la música.

Sonreí por inercia, estaba feliz en el momento que me encontraba y con las personas que estaba.
Pusiste tu mano en mi muslo, y a mi me entró un escalofrío,  nunca dejaste de producirmelos, aun que ya llevaremos un tiempo juntas.
Desde el primero momento y siempre creaste una sensación que nadie había podido producir en mi, como el primer día.
Sonreiste y me contagiarse aquella sonrisa estupida que se te ponía cuando sabias que me ponías tontísima.
Coloque mi mano justo encima de la tuya y mis dedos encima de los tuyos.

- deja de intentar ver que tu mano es más grande que la mia- dijiste riendote y mirándome.
- tengo las manos pequeñas - dije currando mis labios hacia abajo y frunciendo el ceño.
Volviste a reir.
- tengo la manos más grandes que tu,  pero prefiero que tu las tengas pequeñas. - hablaste con chulería.
-me gusta que tus manos sean así de grandes, así cabe más.
Solté mirándote pícaramente, desviaste la mirada de la carretera y me miraste. Sabias a que me refería y es que siempre te quemaban las manos por tocarme, el ansia te consumia y lo único que querías era tenerme siemore entre ti piel , tus brazos y tus manos.
Te producía ansiedad no tocarme lo suficiente , siempre hacias lo mismo en nuestros momentos a solas e intensos.
Pasabas tus manos por la parte de atrás de mis muslos cogiéndome con fuerza y luego las pasabas a mi culo.
Lo apretaban con fuerza más todavía,  querías pegarme a ti lo más posible y luego sonreía diciendo alguna cosa sin sentido que tenia gracia porque to lo decías así,  con gracia.
Pese a que te decía siempre que estabas enamorada de mi culo por que nunca quitaba tu piel de el , yo no me podía quejar porque porque desgracia a mi me encantaba que me tocaras el culo.
De ahí lo de las  manos, tenias el tamaño perfecto.

- están casadisimaaas-gritaba áfrica aplaudiendo, sali de mis pensamientos y me rei sin entender.
Natalia sonreía dando golpecitos al volante al ritmo de la melodia.

- estas zumbada -hable rodando los ojos. Me acerque a tu y te di un beso en la mandíbula , pero no me separe.
-son pequeñas pero saben hacer de todo- susurre en tu oído.
Te mordiste el labio y yo sonreí.

El mar ya se veía por la ventana y Maria y y yo lo mirábamos como niñas pequeñas.

Ya me tenias, ya me tienes, me encantaba y estaba tan segura de que iba a ser feliz contigo que me daría igual chocar me mil y una vez contra algo si eso significa poder parar unos minutos cerca tuya.
Intentaba centrarme en que simplemtne era que me gusta bastante y estaba enamorada de ti, pero no había nada que no me gustara , eras tan perfecta para mi que se me caía la baba solo de mirarte, mi cabeza repetía continuamente lo guapa que eras y lo mucho que te quería pese a no decirlo en alto.
Podía volver sin rumbo en busca de la felicidad pero no me hacía falta,  en ningún significativo la iba a encontrar porque me lo dabas todo.
Me llena vas llendo a verme cuando tenía fiebre,  me llevabas cuando me contabas que de pequeña eras un torbellino y no paraba quieta,
Cuando me venías a recoger casi todos los días a la uni , y te hacias la malota apoyada en tu moto.
Hasta que me acercaba y se te quitaba esa cara de mala ostia que no tenía nada que ver con tu estado de ánimo.
Te queria y te quiero tanto tio.

Poco a poco natalia se iba acercando a un hotel donde se veían y yo a los coches de  Carlos y miki.
Tras bajar y recoger nuestras llaves de las habitaciones terminamos de instalarnos cada una.
Natalia tenia la mitad del armario y yo la otra mitad.
- no se como no te has puesto el bikini debajo, podríamos irnos ya - dijo resplando y tirandose a la cama
- ya te lo he dicho antes pesada , no me ha dado tiempo , además no tardó nada.
Te di un beso en el hombro y me diriji al armario sacando un bikini rojo , simple y bonito .
Me quite la ropa deslizandolo por mi cuerpo hasta dejarla caer en el suelo.
- no mires,  te estoy viendo- dije riendome.
-Peero si no estoy mirando , además uno no me ves estas de espaldas y dos ya te he visto mil veces pero no me canso.
Rei y te levantas te de la cama.
Yo solo tenia que abrocharme la parte de arriba y ya nos podíamos ir.
- deja de hacerme la pelota AJAJAJAJ
Te acercaste a mi y cojiste los eextremos de estos abrochandolo por detrás.
- Lista vamos vamos.
- ay dios pareces una niña pequeña.- dije sonriendo.

Me cogiste de los muslos y me levantaste haciendo que colocarse mis piernas alrededor de tu torso.
Me pegaste a la pared y dejaste un beso en medio de mi pecho.
-estas guapísima y ese bikini te...- no te deje terminar y continúe yo.
- y me hace un culo increíble?- pregunte mordiéndome el labio.
- exacto eso mismo- hablaste antes de juntar tu boca con la mia.
Mientras el cielo y la tierra podían estar en guerra , tu lengua ya formaba una en mi estómago cuando tocaba la mia.
Termine el beso con besos cortos sin separarme mu y no de ti para darte otro.
- te quiero....- susurrante en mis labios- te quiero muchisimo.

Creo que ya me tienesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora