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Todas las empresas del sector privado venezolano están en la obligación de cumplir con la Responsabilidad Social Empresarial en el territorio nacional. Diversos son los proyectos que pueden apoyar, o las iniciativas que pueden desarrollar para cumplir con esta disposición legal prevista en el marco jurídico del país.
Es por ello que programas sociales, como el de la Guardería K-rricitos, surgen gracias al apoyo incondicional de empresas del sector privado. La señora Yumira Soto es la fundadora del grupo recreativo K-rricitos. Esta organización educa en valores a jóvenes que poseen entre dos y seis años de edad residenciados en el complejo urbanístico El Palmar en Santa Teresa del Tuy, estado Miranda.
La labor del centro educativo se conecta con las necesidades de la zona, debido a que apoya en la formación de niños cuyos padres no disponen de los recursos económicos para pagar estudios de calidad.
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"El objetivo es impulsar diversas acciones para el desarrollo comunitario y consolidar el fortalecimiento gradual de la economía familiar, ya que nuestros costos son accesibles y muy bajos a las familias, las cuales son en su mayoría mono parentales. Realmente somos más que una guardería, ya que los niños se divierten y aprenden mientras esperan a sus padres", puntualiza Soto.
La base educacional del centro es la atención personalizada de cada uno de los infantes. Soto especifica que, su proyecto social de formación, procura enseñar respetando las necesidades individuales de los niños. Es por ello que usan lo que han denominado como un método de enseñanza flexible.
"K-rricitos no es un preescolar perse, pero no por eso dejamos de apoyar la capacidad de aprendizaje en dicha área e incluimos a nuestro proyecto educativo, la iniciación al preescolar Este se desarrolla con actividades variadas y adaptadas según la edad, con vocabulario propio de su entorno, canciones, juegos de memoria y sonidos de fauna con imágenes", dice Yumira Soto.
