para este cuento tengo 2 finales y noc cual es el mejor...... asi q diganme para ustedes cual es el mejor :D
Salí del colegio como era costumbre, todos me miraban raro por mi pelo pintado y mis ropas rasgadas, a diferencia de las otras chicas a mi no me importaba absolutamente nada la presencia ni mucho la moda, andaba sola y no me importaba, mi tía me repetía que “era mejor estar sola a mal acompañada” y en ese aspecto tenía mucha razón. Pasar media hora en el bus devuelta a mi casa era una tortura, gritos, alboroto, guerras interminables de papeles sobre mi cabeza, es por eso que me acostumbre a caminar hasta mi casa, no era tan cansado, me paraba a descansar en un parque luego en una heladería y así llegaba a mi casa en una hora aproximadamente. O si estaba apurada, corría y me demoraba lo mismo que el bus, para que un gimnasio si puedes caminar y sacar piernas al mismo momento en que observas a la gente pasar.
Ese día comenzó como los otros, durmiendo en clases, dibujando en mi cuaderno y perdiéndome viendo la ventana. Salí sin prisa y comencé a caminar, en mi primera parada habitual apareció un chico, todo lo que había soñado, pelo ondeado y un poco largo, moreno, con sonrisa de comercial de Colgate, ojos tan profundos que me perdí en ellos, perfil griego , alto con las ropas correctas para llamar mi atención, era todo un sueño hecho realidad. El chico paso cerca de la banca donde estaba, nuestros ojos se conectaron durante unos segundos y solo eso basto para enloquecer en silencio por él, siguió su camino hacia delante y se perdió entre los árboles. Su imagen se impregno en mi mente y a cada paso pensaba en el, haciéndome fantasías de amor, aún sabiendo que nunca pasarían. En la heladería, me senté y pedí el sabor de helado que tanto me fascinaba, “un día bajo el sol” que era maracuyá, limón, y vainilla. Me puse a ver a la gente pasar y cuando ya estaba a la mitad del helado decidí continuar mi viaje, en la esquina de esa cuadra, volví a ver a ese hombre tan perfecto, el cual estaba parado en la esquina comiendo el mismo helado que yo, pase a su lado sin demostrar ningún sentimiento, aunque mi corazón latía mil por hora, no se si fue suerte o si fue una casualidad o si ya estaba predestinado pero el llavero que llevaba colgando de mi mochila, un gato negro con ojos azules, se me callo, cuando cruce la pista alguien grito “ amiga, perdón esto es tuyo” , mi ojos no daban crédito a lo que estaba viendo, ese chico lo había cojido y estaba mirándome cariñosamente, mientras extendía su mano para hacerme alcanzar el gatito, lo agarre con cuidado y le dije “ gracias”, saque mi mochila para volverlo a colgar y el chico mientras me veía me dijo:
- ¿También te gusta este helado?
- Si, es mi favorito.
- También el mío, está entre los cinco mejores.- sonrió tiernamente.
- Gracias por haberme devuelto mi llavero.
- Debes tener más cuidado.
- Si, hasta luego – me coloque la mochila y me prepare para caminar otra vez.
- Disculpa, ¿hacia dónde te diriges?
- Voy hacia la calle Londres.
- ¿Te importa si vamos juntos?
- No, claro que no
Maldición mi corazón no paraba, parecía que iba a estallar, era la cosa más buena que me había pasado en toda mi vida y esto era real, no era mentira, era real. Caminamos a paso lento mientras él me contaba cosas y yo tan solo me limitaba a escucharlo, hablamos por un largo tiempo, me preguntaba cosas y yo le respondía, sin quitar los ojos del suelo, llegamos a la esquina de la calle Londres y el me dijo:
- Ya es tarde, me tengo que ir, si llego tarde mis padres me matan, cuídate, nos vemos
- Si, chau
Se fue corriendo agarrando su mochila con fuerza, y desapareció al mismo sentido donde habíamos caminado. Al llegar a mi casa me percate que el recorrido de una hora se había alargado a dos horas y que aun así no había nadie en mi casa, que alivio, pensé. Dormir fue algo emociónate, todo era un sueño con el, los dos juntos, besándonos, hablando, que felicidad sentí.
Al día siguiente, seguí recordando esas escenas, escribiendo canciones cursis y poemas románticos en mi cuaderno y sonriendo sin darme cuenta de ello, estaba feliz, salimos del colegio y me senté en la banca como de costumbre, una voz gruesa pero suave susurro en mi oído que decía “hola, día bajo del sol”, los dos nos reímos sobre aquel chiste, muy apropiado para el caso, se sentó a lado mío y durante un largo rato hablamos sobre cosas, luego nos fuimos caminando hasta la heladería, sin comprar nada, seguimos hasta la esquina de nuestro encuentro y parados un largo rato hablando de gustos y otras cosas el miro el reloj y triste me dijo:
- Me tengo que ir si llego otra vez tarde mi padre me mata.
- ¿No vives por la calle Londres?
- No vivo para el otro lado, ayer solo quería hablar contigo, perdón por mentir.
- Ve, no te preocupes, nos veremos otro día.
El me tomo del rostro muy delicadamente, me hizo una caricia, roso sus labios con los míos y se fue. Me demore en reaccionar un par de minutos, y luego de cruzar la pista me di cuenta que eso había sido un beso. Desde ese día no había día en que no lo vea, estaba en la época más feliz de mi vida, era todo tan primaveral. No me sentía sola, como siempre, sino me sentía feliz, energética, alegre de vivir y no pasaba ni un minuto sin querer estar a su lado, los besos los abrazos, todo era tan hermoso. Había encontrado a mi príncipe, mejor dicho a mi vagabundo, con el cual podía contar sin importar que.
marea :3