En eso unos gritos sacudieron todo mi mundo feliz.
- Despierta, despierta, eso nunca paso pequeña, debes dejar esa alucinación tuya.
Recordé esas escenas traumáticas que me llevaron al psicólogo de inmediato, sangre por todos lados, gritos y escándalo, el chico el cual hizo que mi corazón se acelerara en la pista cubierto de sangre, por empujarme para que el carro no me atropelle, sacrificando su vida por la mía, aun sin habernos conocido, la culpa corrompió todo mi ser y me llevo al borde de la locura, creándome un mundo paralelo donde eso nunca ocurrió, donde se supone que yo era feliz. Pero en el mundo que todos conocemos yo era otra loca más que había sido traumatizada al presenciar la muerte de un chico el cual le salvo la vida sin motivo aparente.
marea