Corrí lo más rápido que pude, tanto que mis piernas ardían y empezaba a jadear, no me importó dejar a mi hermana y mi coche en medio del tráfico, tenía que estar presente, tenía que llegar a tiempo.
Cuando me avisaron que mi hijo nacería no podía creerlo, había esperado tanto, tenía tanto miedo de tantas cosas, miedo a que Yunho se arrepintiera de lo que habíamos decidido, miedo a no ser un buen padre, miedo al futuro, miedo por la mujer que nos estaba ayudando; miedo a que se llevará al niño, le informará a los medios o se arrepintiera.
Una vez que llegue al hospital sentí mi saliva ácida sobre mi lengua, a mi estómago amenazar con sacar todo su contenido, las manos me sudaban, sentía un hueco en el centro de mi pecho, estaba paranoico, angustiado y al borde de una crisis nerviosa, sólo me había sentido así de nervioso tres ocasiones en mi vida: el día de mi debut, cuando le confesé a Yunho que lo amaba y cuando anuncie mi retiró de la industria.
En medio de mi bruma, me acerque a una enfermera para preguntar por Munhee, la mujer que nos había alquilado su vientre, me dijeron que seguía en labor de parto y las náuseas me hicieron cubrir mi boca con una mano. La enfermera me dijo que me veía muy pálido, me ayudó a llegar a la sala de espera y me sonrió antes de irse diciéndome que todo iría bien.
Busque mi teléfono entre mi ropa y casi lo arroje mientras lo desbloqueaba, irritado por el temblor de mis manos.
Calma, todo estará bien.
Deslice mi dedo sobre la pantalla, buscando innecesariamente en mi lista de contactos el único número que tenía guardado para la marcación rápida. Asustado como estoy, tan nervioso como me siento, resulta difícil no intentar posponer este momento.
"¿Qué le diré cuando responda?" La pregunta resuena en mi mente tan pronto como encuentro su nombre, dejando un eco incómodo que solo me estruja más el corazón.
Este es nuestro bebé, por lo que obviamente debo llamarlo para decirle que ya casi está aquí, que está naciendo pero... "¿Qué pasa si se arrepiente? ¿Podría darse cuenta que no quiere quedarse conmigo? ¿Qué después de todo una mujer si sería mejor para ayudarlo a criar un hijo?" Miro de nuevo el contacto y mis ojos arden más, las lágrimas llegan más al borde de mis ojos "¿Qué hago? ¿Qué harás" recojo tanto aire como puedo en mis pulmones antes de suspirar "¿Y si los medios se enteran? ¿Nos quitarán al bebé? ¿Podríamos pelear por él? ¿Yunho va a dejarme? ¿desaparecerán mi nombre de todos los medios? ¿Mandarán cerrar mis cafeterías, los centros comerciales...?"
El dinero no me importa.
"Yunho ¿Vas a quedarte cuando te lo diga? ¿Qué harás cuando se haga realidad, el que tenemos un hijo juntos? Sería más fácil si hicieras esto con una mujer, no tendrías que ocultarlo, no tendríamos miedo" una gota finalmente se escapa de mis ojos y el nudo se hace más grande en mi garganta, pero lo decido, tengo que decirle que casi está aquí, que nuestro pequeño Seung-yong está naciendo justo ahora mientras uno de sus padres llora y el otro está en el extranjero.
Observo la pantalla de nuevo y optó por no llamar, pensando en lo llena que su agenda estaba cuando revise su correo mientras se bañaba antes de irse unas semanas atrás y abro la mensajería. El cursor parpadeando me pone ansioso.
"Son las ocho de la noche" pienso preocupado y subo el teclado, pensando en que escribir, me lleno la cabeza de dudas y mientras me llevo la mano a la boca para morderme las uñas, el aparato comienza a vibrar.
"Bebé 🐻" mi corazón comienza la loca carrera de golpear mi pecho como si quisiera salir tan pronto como miro el nombre, y casi por inercia deslizó mi dedo sobre la pantalla y me lo llevo al oído "hey~ ¿Cómo estás, amor?"
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Vientre de alquiler.
FanfictionCassiopeia estaba triste. Cinco años después de la retirada de la industria del entretenimiento y sin que nadie supiera nada de Kim Jaejoong, Jung Yunho también había anunciado su retiro. Dos de las cinco estrellas de la constelación que alimentaba...