Capitulo 2.Sombras del pasado.

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En la imagen Carlos Marco 

Capitulo 2.Sombras del pasado.

Faith llego a la playa decidida, pero consiente de que su padre la encontraría muy cambiada puesto que cuando el se fue ella tenía once años y ahora contaba con 20 años de edad. Su vida había sido maravillosa gracias Josh su padrastro un hombre de unos 45 años que se había hecho cargo de ella de su madre y de Carlos Marco su hermano. Mi padre seguirá igual con su pelo negro sus ojos azules hermosos unas mejillas sonrosadas y unos labios carnosos.  Cuando llegue me quite las Vans porque obviamente no iba a dejar que mis hermosas Vans negras se llenaran de arena por el desdichado de mi padre.

Cuando llegamos, me miro de arriba abajo me sentí como una extraña delante de un desconocido y eso que era mi padre biológico si es que se le puede llamar padre después de abandonar a una mujer con dos niños pequeños y sin decir nada. Solo miradas por mí parte de asco y por la suya de cariño.

Entre en la casa y subí la larga escalinata de caracol hasta llegar a mi habitación menos mal que seguía igual y que no había encontrado los cigarrillos escondidos en el cajón de la cómoda encendí uno y le di una calada solo para sentir el olor a tabaco en mi cuarto me encantaba ese olor. Me mire en el espejo mi pelo cayendo en escalera hasta mi cintura de un color rojo fuego y mis ojos con un toque de color miel le daban a mi figura una forma bonita y graciosa.

Ese fin de semana nos fuimos a un pueblo llamado Marratxi a una pequeña casa que mi padre había comprado allí era espaciosa cuatro cuartos una sala una cocina dos cuartos de baño y una larga extensión de bosque para correr y jugar y de repente un cuarto me llamo la atención entre y vi una piscina.

Carlos y yo apenas nos hablábamos esos días puesto que a el le hacia ilusión venir aquí y en cambio yo estaba hecha a la ciudad a sus costumbres y todo eso. Esto estaba tan lejos de Alemania echaba de menos mi tierra natal y mis amigos tanto es así que esa noche llame a Laura, pero no me cogió el teléfono.

Baje al salón con unos jeans blancos, una camiseta negra de tiras y mi gorra negra puesto que me gustaba ese color si fuera por mi iría de negro a todas partes.

De repente tocaron el timbre eran amigos del instituto y me quede paralizada. Mire a mi hermano.

-       Pasad chicos la piscina es por aquí.

-       Hey Carlos.

-       Te recuerdo que papá dijo nada de fiestas

-       Ay pequeña que ilusa y inocente eres por eso no estas invitada

-       De que hablas esta también es mi casa y sino me dejas asistir se lo diré a papá

-       Siempre su consentida, pero no te cansas.

El Laberinto de BuenavistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora